Ramatís
periespíritu. Es evidente, que de a poco vamos tomando pose-
sión gradual de tales secuencias, pero, siempre auxiliados en ese
sentido, porque aquí, existen departamentos y recursos que nos
ejercitan para alcanzan el dominio razonable del medio en que
debemos actuar.
Pregunta: ¿Nos podríais dar un ejemplo vivo de lo que se
siente al penetrar al plano astral?
Atanagildo: Aquí, nuestro ambiente parece que se oscurece
ose ilumina, conforme al estado emotivo de nuestro espíritu, y
éste, se regocija con la armonía vibratoria que pueda mantener-
se habitualmente. El pensamiento es un asombroso potencial
que interviene en nuestros mínimos gestos; su intervención am-
biental, se asemeja a los vidrios de los anteojos, que a veces se
empañan con el vapor de agua, y luego ofrecen una clara visión
si los limpiáis rápidamente. El hecho siguiente explica mejor mi
pensamiento.
Cierta vez, conversaba con el hermano Navarana, haciendo
alusión a ciertos espíritus, que en la Tierra, se entregan exce-
sivamente a las pasiones desordenadas, cuando de pronto, me
invadió cierta melancolía y a pesar de mis esfuerzos por do-
minarlas, noté que todo el ambiente que me rodeaba, perdió
inmediatamente su belleza acostumbrada, para envolverme en
un manto de tristeza. Inmediatamente desapareció de mí el ca-
racterístico estado de liviandad y la sensación de la suave brisa,
que me dominaba hasta ese momento, para sentirme oprimido
por un chorro de fluidos desagradables, quedándome la impre-
sión, como si hubiera sido mojado con agua helada y que la
ropa se me pegaba al cuerpo. Más tarde descubrí la causa de
ese hecho insólito; es que había recordado la figura de mi novia
Cidalia, que había quedado en la Tierra entre pesares y lloros, y
me dejé embargar por su tristeza.
El hermano Navarana, captando mi pensamiento aflicti-
vo, me advirtió a tiempo, diciéndome en tono afectivo: “—Ata-
nagildo; evita desnivelar tus vibraciones con esas evocaciones
terrenas, de recuerdos indeseables y portadores de tristezas
que abaten al espíritu. Es razonable que el hombre terreno se
perturbe emotivamente, porque aun le es difícil comprender,
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