Ramatís

que aún se debaten en los círculos infernales del astral inferior. 

En determinados períodos, la dirección del templo organiza las 

llamadas “oraciones colectivas” y es entonces, cuando los mora-

dores de la metrópoli procuran sintonizarse con las vibraciones 

elevadas, que son presididas por nuestros mentores elevados, en 

divina conexión con las cuotas de energías angélicas que des-

cienden de las Esferas Superiores. En esas noches festivas, las 

torres del santuario se transforman en antorchas de luz fulgu-

rante, cual antenas vivas que absorben las sublimes energías de 

la divina oferta del Señor de los Mundos.

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