La Vida Más Allá de la Sepultura
esas cajas de “celofán” que usan las florerías de la Tierra, cuya
transparencia permite observar las flores a través de ese delica-
do papel.
Aunque los contornos geométricos son de forma heptago-
nal, la metrópoli en su conjunto, se conjuga como un amoroso
corazón de luz esfumada, suspendido en la masa astralina. Se
trata de un maravilloso espectáculo, imposible de describir con
los recursos limitados del lenguaje humano; es un paisaje de
badas suspendido en el Espacio y atado por setecientas luces de
colores, que salen de las siete torres de los templos, para termi-
nar enlazado en lo Alto, alrededor de un foco de luz amarillo
dorado, que se abre en el cielo a la altura del templo religioso.
El conjunto de la ciudad astral del Gran Corazón, además de
estar envuelta por un aura que va desde el azul claro hasta el
suave lila, tiene un haz luminoso que resalta y tiene por función
avivar los tonos superpuestos, conforme a la mayor o menor
intensidad de las corrientes magnéticas, que se intercambian
en sorprendente vivacidad al descender de las zonas superiores
de aquella región.
Pregunta: ¿La denominación de metrópoli del Gran Cora-
zón le fue impuesta por la semejanza a un corazón, cuando es
observada a la distancia?
Atanagildo: La denominación proviene de la idea de fundar
una colonia de socorro espiritual en el seno del astral salvático,
en sentido perpendicular al Brasil y que significara, un cora-
zón situado en las tinieblas del sufrimiento espiritual. Mientras
tanto, Su configuración geográfica, si así me puedo explicar, se
basa en la forma de un heptágono, como dijera anteriormente,
osea, un polígono de siete lados, cuya forma geométrica, rige la
armonía y la edificación de toda la metrópoli. El propio templo,
que es la parte y forma central de la comunidad, fue edificado
con la exigencia de siete torres, que también se aúnan a las me-
didas heptagonales de la ciudad.
De la antigua denominación de “Pequeño Corazón”, que fue
popular entre los primeros pobladores, pasó a conocerse como
la metrópoli del “Gran Corazón”, a medida que fue creciendo
en agrupaciones y se volvió una colectividad de mayores res-
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