La Vida Más Allá de la Sepultura 

las reacciones psíquicas más avanzadas que puedan manifestar.

Pregunta: ¿Nos podríais dar un ejemplo de esas modifica-

ciones en vuestra metrópoli, destinadas al desarrollo espiritual 

de sus habitantes?

Atanagildo: Conforme al padrón espiritual alcanzado, los 

espíritus de nuestra metrópoli, a través de sus consecutivas 

reencarnaciones, van modificando el ambiente de su morada 

astral. La transitoriedad de las edificaciones de nuestra metró-

poli se explica por la facilidad con que pueden ser sustituidas 

y adaptadas rápidamente por nuevos proyectos, porque en el 

mundo astral las configuraciones sirven sólo como ornamento y 

amparo estético para las realizaciones “íntimas” de sus morado-

res, en vez de exhibiciones públicas con derechos de propiedad. 

A medida que el espíritu evoluciona, demuestra gradualmente 

su desinterés por el imperativo severo de las formas, a la vez que 

despierta el deseo de mayor ventura espiritual, saturándose fá-

cilmente con el contacto exterior. Por eso las ciudades astrales, 

de orden más elevado, modifican continuamente los panoramas 

y formas, que se han vuelto monótonos o imponentes, para 

crear nuevos estímulos evolutivos en sus moradores.

Pregunta: ¿Cuál es la diferencia fundamental de esa transi-

toriedad en el mundo astral, con relación a la naturaleza defini-

tiva de las cosas terrenas?

Atanagildo: Las construcciones terrenas, como bien lo de-

cís, son hechas obedeciendo a la constante preocupación de que 

sean definitivas. Como siempre existe entre vosotros la preo-

cupación de las cosas transferibles en el concepto de herencia 

hacia los hijos, nietos, etc., es evidente que los hombres desean 

hacer las cosas con solidez granítica, a fin de que puedan resistir 

largo tiempo y que sirvan a las generaciones futuras. Los planos 

y cálculos son elaborados de modo que el dinero es aprovecha-

do en obras que tengan la mayor duración posible, porque el 

deseo de lucro y el miedo a los prejuicios es realmente lo que 

domina a la vida humana. Y como se vuelve dificultoso prever 

con éxito las transformaciones estéticas y psicológicas que han 

de producirse en lo futuro en vuestros descendientes, construís 

entonces cosas que más atienden al sentido utilitarista del mun-

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