La Vida Más Allá de la Sepultura
fue llevada a cuenta de los auxilios que presté a los necesitados
que a mí se acercaban, quedando de ese modo totalmente can-
celada mi deuda.
Pregunta: ¿El espíritu de Anastasio aún se encuentra reen-
carnando en la Tierra?
Atanagildo: Hace más de tres años que regresó al Más Allá,
pies debido a su karma delictuoso, terminó su vida material
bajo e puñal de un asesino, porque, debido a sus homicidios del
pasado, \í Ley Kármica lo colocó en la situación y posibilidad
de morir violentamente. Es obvio que si se hubiese dedicado a
recuperarse pira su renovación interior, ejerciendo un amoroso
servicio al prójimo o renunciando a sus deseos de venganza,
esa misma Ley sivera no sólo lo hubiera apartado hacia zonas
de mayor protección en el mundo físico, sino que también lo
hubiera favorecido con una vida más duradera. La Tierra, como
divina escuela de educación espiritual, no se vuelve contra el
alumno que intenta recuperar el curso perdido, aunque para eso
tenga que repetir las materias que no pudo aprobar.
Es lógico que Anastasio no se reencarnó para morir ex pro-
feso en manos del implacable asesino, porque eso nos haría su-
poner, sin lugar a dudas, que alguien tendría que transformarse
fatalmente en homicida para que se cumpliese su trágico desti-
no. En verdad, la Ley Kármica lo situó en un medio en donde
había más probabilidades de ser víctima de violencias, ya por
encontrarse entre mayor número de homicidas en potencia o
por estar ligado a dos adversarios vengativos, que habían sido
víctimas suyas en e pasado.
No nos enfrentamos con un destino irreparable que prepa-
ra homicidas para que se vuelvan instrumentos kármicos puni-
tivos por las infracciones del pasado; la Ley solamente aproxi-
ma a los adversarios que se atraen por sus propias afinidades y
tendencias espirituales, por cuyo motivo terminan castigándose
entre sí, bajo la ley de “los semejantes curan a los semejantes”.
Pregunta: Después de la desencarnación de Anastasio, ¿lo
habéis encontrado en el Más Allá?
Atanagildo: Ya os dije que la Ley Kármica me desligó de
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