Ramatís

máximo de tolerancia de mi espíritu. Y haciendo uso y abuso de 

ese último derecho que le confería la Ley Kármica, por la co-

branza justa de mi deuda, actuaba de modo implacable, a pesar 

de todo el socorro y la protección que le había dispensado en la 

última encarnación.

Espíritu inmaduro e insatisfecho, demostró hostilidad ante 

los indiscutibles bienes que le proporcionaba en mi último pe-

regrinaje físico, y como no pudo vengarse totalmente, lo hizo 

después de mi desencarnación., vibrando rencoroso contra mí 

e intentando manchar mi memoria en la Tierra, con el fin de 

desvalorizar los favores recibidos.

El hecho era natural y también propio de su estado evo-

lutivo, pues mientras el espíritu elevado perdona las mayores 

ofensas recibidas, el poco evolucionado no pasa por alto ni si-

quiera un insignificante encontrón con su persona. Las almas 

pequeñitas e infelices vierten toneles de odio contra aquellos 

que les ofrecen algunas gotas de agua para saciar su sed.

Pregunta: Para que nosotros comprendamos mejor vues-

tra situación espiritual después de la desencarnación, ¿podríais 

explicarnos algo sobre vuestras relaciones en la Tierra con el 

hermano Anastasio?

Atanagildo: Anastasio era un hombre profundamente ina-

daptado y ocioso en el medio humano; usaba toda la capcio-

sidad posible contra aquellos que lo socorrían, como sucedió 

conmigo. Es evidente que, bajo el imperativo kármico, se cruzó 

en mi camino en la juventud, y me indujo a que lo ayudara a 

intimar con cierta joven pobre, hija de un ferroviario, a quien 

él abandonó después de tres años de casados, dejándola con 

dos hijos y en completo desamparo. Compadecido de tal situa-

ción, fui en ayuda de los tres infelices y los asistí normalmente, 

valiéndome de las ganancias conseguidas a través de trabajos 

honestos. Luego la esposa de Anastasio se unió a otro hombre, 

laborioso pero pobre, en cuyo caso tampoco mi ayuda les fal-

tó; pero Anastasio se irritó ante ese proceder y me culpó de su 

infelicidad, llegando al punto de emitir conceptos calumniosos 

hacia mi persona, tal como el de acusarme de falta de honesti-

dad para con su ex esposa.

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