Ramatís

Es una regla y técnica muy común entre los obsesores sa-

bios del astral, pues rodean a sus alimentos vivos de cuidados 

especiales, para que se aparten de las personas, ambientes, lec-

turas, doctrinas, conferencias o películas educativas que puedan 

despertarles la conciencia adormecida en la hipnosis maquia-

vélica y observarse en su verdadera esclavitud hacia el vicio. 

El proceso sutilísimo, que los espíritus de las sombras emplean 

astutamente alrededor de sus víctimas, es tan eficaz, que es muy 

difícil que perciban en la malla seductora en que han caído.

Pregunta: ¿Podrías aclararnos mejor esa afirmación?

Ramatís: En el estado en que se encuentra actualmente la 

civilización terrena, son pocas las personas que no tienen una 

válvula que sea capaz de abrirles la cobertura de su intimidad 

espiritual, por donde se filtran los malhechores del astral in-

ferior. Las debilidades varían conforme a las personas y sus 

realizaciones; los hombres íntegros en sus negocios y trabajos 

cotidianos, pueden ser vulnerables a la cólera o a la irritación; 

aquellos que son pacíficos y acomodados pueden desgastarse 

por los celos, por el amor propio herido o intoxicarse con in-

gratitudes; cuando algunos son decepcionados en sus ideales o 

caen víctimas de las discusiones domésticas o sufren decepcio-

nes amorosas, recurren al alcohol para lograr su compensación 

enfermiza, mientras que otros, radiantes de júbilo por la vida 

fácil, viven corroídos por el remordimiento de la fortuna obte-

nida deshonestamente. Aún las personas más sensatas y justas, 

no consiguen coordinar sus ideas, calmar sus nervios o impa-

ciencia, sin devorar decenas de cigarrillos, sin percatarse, que de 

esa forma invitan conscientemente a algún viciado sin cuerpo 

del Más Allá.

No podemos enumerar la cantidad de contradicciones, vi-

cios, frustraciones, defectos o emociones incontroladas que pue-

den servir de motivos básicos o de válvulas emotivas que ayu-

dan al trabajo de los obsesores con mucho éxito, emprendido 

por los espíritus de las tinieblas, gracias al descuidado de los 

encarnados.

Los desencarnados que arden en deseos por el alcohol, no 

pierden su tiempo trabajando sobre los encarnados que son 

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