Ramatís

criticable prodigalidad de los hijos, pues la Ley de lo Alto no 

abolirá ese campo de pruebas, mientras existan candidatos que 

aguardan la oportunidad de purificación y de ajuste kármico 

por el sufrimiento acerbo, preparándose para vestir la túnica 

nupcial del futuro banquete del Señor.

Pregunta: ¿Cuál es la prueba más positiva para que en esas 

regiones castigadas, la prodigalidad de los hijos sea encarada 

espiritualmente como auxilio para la recuperación de los espíri-

tus sufrientes y endeudados?

Ramatís; A través de sus costumbres tradicionales, hace 

mucho tiempo que Oriente coopera para el aumento de los cuer-

pos exigibles para las reencarnaciones, pues sus leyes estimulan 

y auxilian la fertilidad a través de los casamientos prematuros, 

como también permiten la existencia de harenes, donde se va-

loriza la prodigalidad de los descendientes. Los viejos sultanes, 

rajaes, mandarines y privilegiados, cuyo politeísmo ha sido to-

lerado y resguardado bajo la severidad de sus leyes, se vuelven 

pródigos para atender a la Ley que provee organismos físicos y 

son valiosas oportunidades para las almas sufrientes y desespe-

radas que deben ingresar en la vida del mundo físico.

Los mentores espirituales aprovechando esa prodigalidad 

de la fertilidad humana, entrañable en Occidente, pero tradi-

cional para Oriente, promueven la recuperación de un mayor 

número posible de almas delincuentes, en la tentativa de pre-

pararlos con tiempo, para que puedan intentar la experimen-

tación selectiva del “juicio final” que se aproxima rápidamente. 

Mientras tanto, los países de las Américas, son regiones aún 

nuevas, siendo su desajuste reciente y por eso, menos intensi-

vo, manteniéndose en equilibrio la cuota de sexos masculinos y 

femeninos, mientras que en Oriente se ve sobrecargada con un 

número tal de mujeres, que se incentiva la poligamia y la exce-

siva procreación. En las Américas, es más reducido el número 

de espíritus necesitados para las pruebas acerbas, tal como su-

cede en Asia, aunque algunas veces, en las regiones americanas 

acaecen pruebas parecidas a las ocurridas en Japón, China, o 

en las regiones azotadas por los grandes terremotos, huraca-

nes o epidemias. En la América del Norte —para saldar sus 

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