La Vida Más Allá de la Sepultura 

doras y consecuentes efectos negativos, es obvio, que la misma 

establece las debidas reacciones futuras.

Ciertos espíritus se encarnan y quedan seriamente com-

prometidos con otras almas amigas en el Espacio, aguardando 

ansiosamente la gestación de los cuerpos físicos para la bene-

factora oportunidad de su reencarnación, sin embargo, una vez 

sumergidos en la carne desvirtúan las funciones genésicas y ol-

vidan las promesas, aumentando las aflicciones y desesperación 

de aquellos que confiaban ingenuamente en su sinceridad. Es 

obvio, que ese olvido genera efectos correspondientes, haciendo 

que tales espíritus en el futuro, se encuentren en las mismas 

condiciones a las de aquellos que traicionaron o de lo contrario, 

quedarán impedidos de tener hijos, debido a la irresponsabili-

dad de sus actos anteriores, hasta que demuestren sensatez en 

tan importantes fenómenos de la vida humana,

Como veis, la Ley de la procreación, aunque su finalidad 

principal es facilitar el mayor número de nacimientos, no puede 

violentar la disciplina kármica de la siembra y la cosecha, y no 

sería sensata que por aumentar la prole del mundo implantase 

el desorden y la injusticia.

Pregunta: ¿Suponiendo que la limitación de los hijos, sea 

en ciertos casos una necesidad imperiosa por consecuencia de 

las exigencias de la vida, como limitaríamos el nacimiento de 

los hijos sin contrariar a la Ley de la procreación?

Ramatís: Solo existe un único y justificable medio para con-

seguir la limitación de los hijos. ¡Es la continencia! De esa prác-

tica, los animales os dan ejemplo en sus relaciones dentro de 

las épocas exclusivamente destinadas a la procreación. Aunque 

contrariéis en parte, el “multiplicaos”, no será tan grave el delito 

de evitar la procreación, si lo hacéis por medio de la continencia 

sensata. Fuera de la continencia, no hay otra justificación para 

la limitación de los hijos, pues es ilícito que practiquéis una ac-

ción y después queráis huir de vuestra responsabilidad.

Pregunta: ¿Qué debemos pensar de aquéllos que se niegan 

a procrear para cultivar la castidad?

Ramatís: La castidad pura es una cualidad común a las 

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