La Vida Más Allá de la Sepultura
manidad terráquea, teméis la procreación más amplia, porque
la cantidad creciente de seres podría traeros mayor número de
dificultades y probable saturación demográfica. Pero nosotros
os preguntamos: ¿conseguiréis solucionar los problemas econó-
micos, sociales y morales en vuestro mundo si reducís los tres
mil millones de habitantes a sólo mil millones?
Decid vosotros por qué motivo el mundo terreno presenta
una historia tan sangrienta y nefasta, llena de miserias e ignomi-
nias, cuando sólo poseía un tercio o un cuarto de la humanidad
actual. ¡Si la reducción de la población resolviese los problemas,
hace tres mil años hubiera sido uno de los mundos más felices
y libre de cualquier problema aflictivo, ya que poseía menor
número de criaturas! La verdad es que los principales proble-
mas de la humanidad comienzan exactamente en el hogar, en
el conflicto entre esposos, hijos y progenitores; se extiende a
los vecinos del mismo barrio, entre los ciudadanos del mismo
Estado, entre los Estados del mismo país y después entre los
pueblos, naciones y razas, para terminar en los choques inter-
continentales, en donde los seres más se parecen a las fieras que
se devoran, azotadas por el orgullo, la vanidad, la prepotencia,
la ambición y la crueldad.
Los hombres se separan por religiones, partidos políticos,
nacionalismos tontos, diferencias de color y sistemas doctrina-
rios; se someten a toda suerte de vicios, pasiones y caprichos
peligros, aunque se aumenten o reduzcan los parientes y la hu-
manidad terrena. La felicidad humana, por lo tanto, no depende
de la carga de criaturas en el orbe; se conseguiría con mucho
éxito si fuesen acatadas incondicionalmente las enseñanzas de
Jesús, Buda, Hermes, Pitágoras, Krisna y otros sublimes peda-
gogos e instructores cuyas vidas fueron consumidas en el ritmo
de un amor que es capaz de generar la fidelidad, la ternura, la
honestidad, la caridad, la paciencia, la humildad y, principal-
mente, la fe en el prójimo y en los propósitos espirituales de la
vida benefactora.
Pregunta: No debemos olvidar que muchos países por en-
contrarse con superpoblación están enfrentando los más terribles
problemas, resultantes de las crisis económicas, educativas y por
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