La Vida Más Allá de la Sepultura
que finaliza su recorrido y tiene que tomar el tren que lo llevará
a su punto de partida.
He ahí por qué no debéis generalizar lo que decimos, pero
hay que comprender que siempre hay un motivo justo y lógico que
puede explicar todos los acontecimientos raros o dolorosos de la
vida humana, sin que se desmienta la implacable justicia de Dios.
Pregunta: Creemos, debido a la enseñanza de las religiones
dogmáticas, que el dolor y el sufrimiento son los castigos gene-
rados por los pecados cometidos en este “valle de lágrimas”; pen-
samos que las situaciones incómodas para el espíritu encarnado
han de ser pruebas expiatorias e indiscutibles deudas del pasado.
Ramatís: De ser así la existencia humana sería un automa-
tismo constante. ¿Jesús tuvo que matar algún adversario en el
pasado para ser punido con la muerte en al cruz? ¿Encarceló
otraicionó a inocentes discípulos para que se justifiquen los
chicotazos que recibió, o porque fue negado por Pedro y traicio-
nado por Jesús? Esa creencia insensata sólo os conducirá a una
profunda confusión para comprender las verdaderas finalidades
de la vida terráquea. Ésta, como dijéramos anteriormente, es un
laboratorio planetario destinado a la eclosión de las energías
del espíritu, a través de la invitación instintiva de la carne, y
no ese compungido “valle de lágrimas” preparado adrede por la
fantasía melodramática de las sectas religiosas.
Aunque consideréis como dolores y sufrimientos las fa-
ses de los distintos estacionamientos del proceso kármico, que
transforma animales en ángeles, no tiene carácter de punición
ode venganza por las faltas cometidas por el hombre en ésta
oen encarnaciones pasadas. Esos dolores y sufrimientos, como
etapas de perfeccionamiento progresivo, conducen las formas
brutas hacia las más elevadas expresiones de belleza espiritual.
El camino de los nuevos aspectos y la adquisición de la con-
ciencia futura comienzan cuando la piedra se desgasta a través
del dolor mineral; la vegetación despierta con el dolor vegetal,
a causa de la poda o el injerto; el animal progresa por el dolor
carnal, sensibilizándose bajo los impulsos del instinto, y el hom-
bre, cuando se libera de las pasiones degradantes.
Es innegable que sois dueños de vuestra voluntad o libre
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