La Vida Más Allá de la Sepultura 

la belleza o la inteligencia del anterior, siempre ha de ser un 

huésped bienvenido, porque en la intimidad de los corazones 

lacerados de los padres permanece la ansiedad de cualquier 

compensación que pueda aminorarles el dolor inconsolable.

Aquellos que no logran la gracia de otro hijo para amen-

guar los recuerdos, se conforman con extender su afecto a otros 

hijos ajenos, buscándolos en los orfanatos en una amorosa com-

pensación.

Pregunta: Ese hijo bello e inteligente que desencarnó pre-

maturamente, ¿no podría ser el hijo feo, deformado o imbécil 

que fuera repudiado otras veces?

Ramatís: Los padres que sufren la prueba kármica de per-

der prematuramente a sus hijos, no indica el que hayan sido 

esposos en otras encarnaciones. La ley puede haberlos reunido 

a causa de delitos y pruebas kármicas semejantes. El padre que 

repudió al hijo, que por su culpa terminó rápidamente su exis-

tencia carnal entre la miseria del mundo, en otra encarnación 

pudo ser el esposo de otra mujer, que por haber practicado el 

infanticidio debe sufrir la prueba de perder uno o más hijos. 

Pero aquellos que en el pasado fueron amantes o esposos res-

ponsables por la muerte del hijo deformado, enfermizo o imbé-

cil, no precisan ser probados por medio del mismo espíritu que 

expulsaron anteriormente.

Conforme ya os aclaramos, puede nacer de esos padres otra 

entidad sana, bella o sabia, que desencarnando a tierna edad los 

empuje aún más al amor y la recordación debido a su cuerpo 

carnal más atrayente; lo que importa a la Ley del Karma es la 

acción y el resultado rectificador, no la naturaleza de los agentes 

que provocan ese despertar amoroso.

Pregunta: ¿Qué obstáculo puede haber para que el espíritu 

repudiado anteriormente retorne al mundo en otra existencia 

y sirva como instrumento de ajuste kármico para los padres 

culpables?

Ramatís: El mismo aforismo que dice: “la naturaleza no 

da saltos”, podría aplicarse al proceso de ascensión espiritual, 

pues ésta tampoco se efectúa a saltos improvisados. Aunque 

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