La Vida Más Allá de la Sepultura
de resultar agradable debido a su linaje ancestral biológico; en
el Más Allá, lo bello es el sello de las almas bondadosas y sabias,
porque es la forma real proyectada desde su intimidad espiri-
tual. En la misma forma, las figuras teratológicas que pueblan el
astral inferior y desafían al más osado Dante en su descripción,
son los resultados exactos de la suversión espiritual, que muchas
veces se oculta en la Tierra bajo el disfraz de un cuerpo hermoso
y tentador. Muchos hombres encumbrados y mujeres seductoras
penetran en el Más Allá de la sepultura conformando siniestras
figuras de horrendos brujos, que se asustan de sí mismos.
Pregunta: ¿Cuál es entonces el aspecto común de los hijos
terrenales cuando son acreditados como espíritus superiores?
¿Serán siempre bellos o también feos?
Ramatís: En los hogares terrenos tanto pueden nacer hijos
bellos y ser portadores de almas diabólicas, como hijos feos de
almas angélicas. De la misma forma, no todas las precocidades
infantiles confirman la sabiduría espiritual, porque la vivacidad
y la ligereza de observación que puede exaltar a la criatura ter-
rena subliman algunas veces la astucia y el sofisma, que son las
características del astral inferior. Pero, no hay dudas con respec-
to a lo siguiente: el hijo bueno siempre es de cualidad espiritual
superior, mientras que el hijo malvado es la imagen de su alma
detestable, tanto en el mundo físico como en el Espacio. Sobre
este asunto no precisáis tener dudas, porque el sello principal
que identifica el grado de elevación espiritual es la virtud que
deriva del amor, y la bondad es uno de los más simpáticos as-
pectos de ese amor que, por otra parte, es el distintivo indiscu-
tible del alma superior.
La bondad es una prolongación tierna del Amor, y éste es
la marca divina con que Dios señaló la esencia de su obra. El
espíritu bondadoso, rico o pobre, ignorante o sabio, es una flor
amorosa en el jardín de la vida humana; siempre santifica el
ambiente en donde vive y todos aquellos que lo hostilizan re-
ciben un poco de su ternura y también su generoso perfume
espiritual. Cuando nada parece salvar al hombre, lo salva la
bondad, la benevolencia o el Amor. Como las sabiduría espiri-
tual representa la razón divina, y el amor incondicional el senti-
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