Ramatís
dres terrenos no tienen muy en cuenta esa responsabilidad, pues
si la tuvieran, los asilos y los orfanatos estarían vacíos.
Ramatís: Esos padres precisan saber, que ninguno de los
más trágicos y emotivos escritores de vuestro mundo podría
describir el pavor y la alucinación que se apodera de los padres
infelices, cuando están dominados por el odio, llegando a repu-
diar o matar a sus hijos en la Tierra. Cuando retornan al Más
Allá se transforman en verdaderos “trapos vivos” en manos de
los exacerbados verdugos y adversarios, que imprudentemente
eliminaron de sus hogares terrenos. Las mujeres que se dejan
dominar por sentimientos súbitos de repulsión y rebelión hacia
sus hijos, y recurren a los tradicionales enemigos de la vida o
“destructores de ángeles” para expulsarlos a través del aborto
premeditado, ignoran, que un pavoroso infierno de sufrimientos
les espera después de la desencarnación, cuando caen desampa-
radas bajo la opresión de espíritus tenebrosos que les negaron
un cuerpo que estaba en gestación.
No es posible imaginar la cólera, el resentimiento, la rebel-
día y el odio que se apodera de esos espíritus, cuando reaccio-
nan contra la criatura que les impidió la gestación del cuerpo
amigo y tan necesario para olvidar el pasado acusador, que les
molesta incesantemente en su memoria subvertida. Después de
esa desilusión, sólo les mueve un deseo feroz: fomentar todas
las humillaciones y enfermedades cruentas posible a quienes
les negaron el beneficio de un cuerpo físico, apresurándoles la
desencarnación a fin de hacerlas víctimas de sus más crueles
venganzas en el menor tiempo posible.
Por eso, si muchos hijos deformados, imbéciles, crueles o
retardados mentales merecieran la prueba kármica de nacer en
hogares de padres adversos, los progenitores deben conformar-
se con esa situación desfavorable, pues están cogiendo en la pro-
le antipática el fruto de las simientes hostiles que sembraron en
las encarnaciones pasadas.
Pregunta: ¿Si por Ley Kármica, los espíritus que repudia-
ron o menospreciaron a sus padres deben renacer en el seno de
familias adversas con probabilidades de ser repudiadas v hasta
eliminarlos prematuramente, los padres que los abandonan o
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