Ramatís

po, que el ritmo divino y creador desarrolló desde el reino mi-

neral hasta la forma erecta del hombre, por cuyo motivo guarda 

en su intimidad gloriosa, la síntesis de todos los eventos de la 

propia evolución de la naturaleza. Sirviéndose de la sustancia 

energética y vital del magnetismo de la Tierra, poco a poco, la 

Sabiduría Divina lo orientó hacia un inteligente automatismo, 

para que pudiese organizarse desde las escalas primitivas y 

transitorias, consolidándose desde el impulso e irritabilidad, 

sensación e instinto, hasta la conquista de la razón humana, 

camino de la conciencia angélica. En consecuencia, es el más 

valioso vehículo que el hombre puede usar para el bien como 

para el mal, mientras que el cuerpo físico, es el agente que lo 

representa en la carga y acción en el medio ambiente material, 

como un reflejo carnal provisorio, y no como una defensa abso-

luta, como vosotros suponéis.

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