La Vida Más Allá de la Sepultura 

Pregunta: ¿De qué modo actúan los obsesores, para que 

el individuo alcance ese deseo fundamental que ha de nacerlo 

víctima de su atención malévola?

Ramatís: Los magos de las sombras procuran conocer el 

tipo predominante del deseo de cada criatura y la probabilidad 

de servirles como un punto de apoyo para sus maquinaciones 

diabólicas o desquites crueles; examinan y distinguen, poco a 

poco, todos los pensamientos que inconscientemente pueden 

reproducirse por ese deseo oculto y aún ignorado por la vícti-

ma. Las auscultan a través de todas las empresas y relaciones, 

como también les proporcionan toda suerte de oportunidades 

y contactos con otras criaturas que puedan actuar en su faja 

vibratoria y superexcitar aquel deseo oculto, hasta conseguir su 

eclosión en el mundo exterior.

La víctima va despertando lentamente al tomar conoci-

miento objetivo de su excitación íntima, que aun siendo algo 

vaga, es una fuerza conductora que intenta orientar sus pasos 

hacia algún ideal, realización o programa absolutamente afín 

a su índole. Muchas veces, el pasado influye poderosamente 

en la fijación del “deseo central”, pues vive en su intimidad el 

eco de las glorias pasadas, la fuerza ardiente de las pasiones 

calurosas o entonces, un cierto goce, que es una prolongación 

de la prepotencia y dirección tiránica de otrora sobre los hom-

bres. Cuando el espíritu posee mejores propósitos en la actual 

existencia, aún es blanco de los intereses de las sombras para 

que no repudie con vehemencia a su “deseo central”, que puede 

chocar con la moral acondicionada a sus proyectos, entonces 

los obesores buscan debilitar sus defensas, creando caminos de 

goces y felicidades, que al comienzo no dejan de ser atracciones 

algo inofensivas y cuando mucho, son pequeños pecaditos, muy 

comunes a la humanidad...

Así forman una peligrosa tentación para su sentido psico-

lógico común, abriéndole brechas cada vez mayores y que la 

criatura subestima, porque la sutileza y la capacidad del invi-

sible no le deja aquilatar la proporción del perjuicio ético y la 

degradación moral que pesa sobre sus actos hipnotizados. Es el 

caso de ciertas criaturas que comienzan con inocentes juegos en 

el hogar, sin intereses utilitaristas o intención subversiva, pero 

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