Ramatís
están siendo preparados por diversos técnicos, con el fin de pre-
parar mejor a los encarnados en el conocimiento de las formas
exactas del mundo astral, aunque se encuentren en el mundo
material. Aunque sean paisajes inhóspitos y que infunden te-
mor, es necesario que el hombre encarnado conozca ese mundo
astral en vez de acondicionarse exclusivamente a la lectura fan-
tasiosa de los escritores de ficción, que aunque se aproximen a
la realidad impresionante no saben trazar caminos benéficos ni
sembrar esperanzas para las almas desesperadas.
Pregunta: ¿Cuál es el tipo más común que habéis encontra-
do en esas regiones inferiores?
Atanagildo: En muchas excursiones que he realizado a las
regiones subterráqueas, no sólo del Brasil sino en Asia y parte
del África, el tipo de animal que más me llamó la atención fue
una especie de caprino gigante —un tipo de cabra montesa muy
común en los Alpes suizos y muy conocida en las montañas
asiáticas y africanas—, cuyas extremidades delanteras son más
cortas que las traseras, los cuernos son largos y acentuadamen-
te curvados hacia atrás.
Vi a esos animales en pequeños grupos, con aspecto terri-
blemente amenazador y que tenía en sus ojos oscuros un mirar
siniestro y hasta diabólico. Eran monstruos peludos, de color
sepia y tenían largas barbas hasta las quijadas, como un gran
montón de estopa deshilachada de color de barro. Agitan el aire
a su alrededor cuando se mueven a saltos bruscos, dejando una
sensación de temor a las restantes especies de los alrededores.
Exhalan un olor sofocante que repugna y da náuseas, exigiendo
hercúleos esfuerzos para que cualquier criatura pueda mante-
nerse por algún tiempo aproximado a tales animales de aura
tan repulsiva. No pude comprobar el motivo por el cual delante
de esos caprinos horribles sentí en mi organismo la impresión
de un brutal cinismo y relajamiento.
Para los desencarnados que aún desconocen la composi-
ción y la plasticidad de la sustancia astral inferior, es muy fácil
confundir a esos caprinos con cierta falange de espíritus malhe-
chores y degradados de las sombras, que se aprovechan de la
debilidad ideoplástica de los religiosos “fallecidos” que temen al
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