La Vida Más Allá de la Sepultura
al cuerpo carnal, la llama viva que es el espíritu primero crea
el pensamiento en el plano mental, después lo dinamiza con la
sustancia astral, a través del campo energético del periespíritu,
y sólo después lo proyecta hacia el mundo material.
Sucede lo mismo con el acumulador de un dínamo terres-
tre, cada vez que el alma piensa o se emociona hace un gasto de
energía mental y periespiritual que termina en un residuo inútil
y que debe reponerse nuevamente. La vida real, entonces, es
el pensamiento; cuando realizáis vuestros actos a través de los
cuerpos astral y físico, apenas confirmáis objetivamente aquello
que ya existe mentalmente en vosotros mismos. Sin duda, per-
manece el automatismo propio de la ascendencia biológica del
cuerpo carnal, conocido como la sabiduría del instinto animal,
acumulada a través de las especies inferiores en el transcurso
de los milenios pasados y que es el responsable por la sobrevi-
vencia de la organización física. Aun así, esos mismos estímulos
instintivos primero se dirigen a vuestra mente, que los controla
a gusto o se deja arrastrar por ellos, ya sea practicando actos
de importancia en defensa instintiva de la vida o sufriendo per-
juicios por dejarse explotar por las pasiones ocultas en su psi-
quismo.
Quiero, por lo tanto, recordaros nuevamente que en todos
esos impulsos o actos provenientes del instinto o de la emo-
ción siempre se efectúa un gasto de energía equivalente a la
acción realizada. Por ejemplo: yo no podría dictaros estas pa-
labras o servirme del médium si antes no las formulase en mi
mente, creando en seguida el deseo de transmitirlas. Así como
yo formulo esa intención, mi periespíritu lanza enérgicamente
las ideas o despierta deseos en el espíritu del médium que me
interpreta; éste, a su vez, sirviéndose de su propio periespíritu
termina accionando sus manos y escribe lo que yo pienso, o
que antes existía en mi mundo mental, invisible para vuestros
sentidos físicos.
Aunque no podemos acompañar visiblemente esa opera-
ción en todo su desarrollo gradual, la verdad es que si usó cierta
suma de energía, después de haberla consumido o carbonizado
mentalmente se volatilizará en el medio astral o se adherirá a
nuestro periespíritu en forma de residuos nocivos. Como la to-
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