La Vida Más Allá de la Sepultura
Pregunta: ¿Podéis hacer comparaciones con la terapéutica
usada en la Tierra, para lograr comprender mejor ese asunto?
Atanagildo: Puedo comparar la propiedad curativa de esos
pantanos o charcos con ciertos recursos, no siempre agradables
que usáis en la Tierra para la cura de las enfermedades graves o
el auxilio de emergencia. Cuántas veces debéis soportar incómo-
dos sudores para desintoxicar y conseguir el equilibrio térmico
del cuerpo, otras veces, debéis ingerir purgantes desagradables
orecibir cauterizaciones y choques eléctricos, para recuperar la
salud y el debido reajuste del sistema nervioso. En el astral, la
enfermedad del alma también necesita curas e intervenciones,
a veces dolorosas y hasta impiadosas, más se trata de la única
manera práctica y científica de poder remover la causa maligna
de la enfermedad espiritual, bajo el régimen de la ley de cor-
respondencia vibratoria en donde “los semejantes atraen a los
semejantes”.
Pregunta: ¿Suponiendo que esas almas no puedan some-
terse a la acción de esos pantanos, cuáles serían sus probables
consecuencias?
Atanagildo: Les sucedería lo mismo a vosotros si tuvierais
tumores dolorosos en vuestro cuerpo, cuyo alivio necesitaría de
la urgente intervención quirúrgica, para drenar la carga tóxica
y ésta os fuese negada. Sin duda, que tendríais que sufrir ince-
santemente, y tarde o temprano, tendríais que someteros a la
implacable intervención médica. Lo más sensato, por lo tanto,
sería aplicar la intervención dolorosa y no la prolongación inde-
finida del sufrimiento.
Si los espíritus intoxicados por los venenos deletéreos, pro-
ducidos por la mente indisciplinada quedasen exceptuados de
esos pantanos curativos, tendrían que vagar como enloqueci-
dos por decenas o centenas de años, sin miras de tener alivio
oprogreso. Las toxinas que se producen por el ejercicio del
psiquismo degradado circulan continuamente por la organiza-
ción periespiritual, como si fuera fuego líquido que recorriera
las venas humanas.
Los charcos del astral inferior son utilísimas cámaras de
agotamiento de sustancias deletéreas, pues absorben del peries-
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