DEPÓSITOS DE FLUIDOS NOCIVOS EN EL ASTRAL INFERIOR

Pregunta: En vuestras comunicaciones acostumbráis a ma-

nifestar frecuentemente, que los fluidos perniciosos y las ema-

naciones mentales de la humanidad terrena, forman la atmós-

fera opresiva en el astral. ¿Cómo asimilaremos esa concepción 

dentro de nuestra precaria capacidad terrena y humana?

Atanagildo: Muchas personas no podrán creer las revela-

ciones que expongo en el texto de este libro, pero me resta la 

esperanza, que llegará la hora en donde tendrán que descender 

a la tumba silenciosa del cementerio, y podrán verificar la rea-

lidad de esas revelaciones y la sinceridad con que fueron ex-

puestas. Es sólo cuestión de tiempo y de paciencia, pues los que 

desencarnan y hayan leído estas comunicaciones mediúmnicas, 

comprobarán que las cosas aquí son más complejas y espeluz-

nantes en comparación con los ejemplos que escojo para descri-

birlo a través del médium desconfiado...

Aquí comprobamos que son muy diferentes los efectos que 

ocurren a través de las condiciones mentales perniciosas que 

dominan a los encarnados y desencarnados, a través del exa-

men de los colores que las auras presentan en halos de luz pá-

lida, cerca de la región mental, o condensados a la altura de la 

zona cordial.

Cuando los espíritus vibran en afinidad con ciertas regiones 

del astral inferior, en una frecuencia profundamente degradan-

te, semejan usinas vivas que generan un fluido deprimente, que 

aves y animales de esos lugares devoran y transforman en sus 

vientres famélicos, volviendo a liberar las energías que los hu-

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