La Vida Más Allá de la Sepultura 

El incesante aumento de materia mental deletérea, ocasio-

na en el mundo astral, las mismas consecuencias producidas 

por lavas volcánicas, que forman una corteza resistente, aún 

para las más perfeccionadas herramientas.

Después que volví de mi primera visita a la región astral 

inferior v rememoraba mentalmente los suburbios habitados 

por los espíritus impuros, no pude dejar de reconocer aquellas 

pequeñitas fieras, aladas y reptiles hambrientos, que se sacia-

ban sobre los “muertos-vivos” que despedían venenos y sustan-

cias repugnantes. Atendiendo al providencial servicio en favor 

del alma humana, tales aves ingerían las larvas, miasmas y de-

sechos mentales ennegrecidos, que después de transformados 

devolvían a la circulación como energías, que habiendo sido 

mal aprovechadas se liberan para el consumo común. Mien-

tras se sometían a la terapéutica de aquellos derrames tóxicos 

benignos, muchos de aquellos infelices degenerados se estarían 

acusando íntimamente, y tal vez, recibiendo las bendiciones del 

remordimiento y del arrepentimiento.

Pregunta: ¿No hay en esa mórbida ciudad, algunos tran-

seúntes suficientemente piadosos que auxilien de vez en cuando 

a esos infelices torturados por los animales, cuervos y aves as-

trales?

Atanagildo: ¿Habéis valorado alguna vez, el grado de nob-

leza, piedad y renuncia de los presidiarios afinados por la fero-

cidad de las mismas pasiones degradantes, y encadenados entre 

sí por crímenes semejantes, cuando se pelean por comunes inte-

reses egocéntricos?

Los que transitan por las calles inmundas, entre esos hara-

pos humanos, también son moradores de esa ciudad dantesca, 

y después de haber decantado el veneno de su psiquismo sub-

vertido prefieren afiliarse a las huestes malignas y obsesoras de 

encarnados, en vez de emprender la marcha redentora hacia el 

Bien.

Algunos son rebeldes que vagan sin rumbo fijo, se divierten 

al ver en los otros lo que les sucedió primero a ellos. Entonces, 

en vez de arrepentirse, forman grupos de sarcásticos, malhecho-

res y perversos que comúnmente se entretienen en aumentar los 

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