La Vida Más Allá de la Sepultura 

Pregunta: ¿Qué idea podríamos hacernos de ese “gobierno 

oculto” o de la organización del “poder ejecutivo” en esa ciudad 

del astral inferior?

Atanagildo: No puedo extenderme en detalles sobre ese 

asunto porque no recibí autorización superior para efectuar 

revelaciones que aún se consideran prematuras y que harían 

al médium demasiado visible para aquellos, de este lado, que 

desean mantener a los encarnados en la más crasa ignorancia 

de sus tramas maquiavélicas.

Pero puedo informaros que además del poder ejecutivo o 

poder “visible” de la ciudad, hay otro más fuerte y satánico que 

actúa sobre los seres más poderosos. Es un comando maligno y 

milenario, que controla y administra a todas las colectividades 

diabólicas de las sombras y que siempre soñó en volverse el 

gobierno oculto del psiquismo y de la sustancia material del 

planeta Tierra. En los planos de los desencarnados he oído a los 

espíritus superiores mencionar algo sobré una conciencia dia-

bólica pensante, que trama los planes subversivos del planeta y 

que se denomina el “mayoral”, en un sentido algo degradante.

Su influencia —dicen los entendidos— se ejerce antes de 

la inmersión de la Atlántida. Cuando me enfrenté con aquellos 

espíritus diabólicos, imitación exótica de aquellos personajes de 

los romances de capa y espada, constaté que sus líneas fisonó-

micas no se ajustaban al tipo común de los nombres terrenos, 

pues tenían un “algo” que los particularizaba. Tal vez por eso 

usufructuaban el sádico concepto de ser las garras avanzadas 

de ese gobierno oculto y diabólico, que aún intenta la hipnosis 

matrera del orbe y que actúa interiormente a fin de bestializar 

a la humanidad y hacerla dócil a su definitivo juego satánico.

Presentí en todas esas comunidades inferiores una disci-

plinada organización del mal, en elevado potencial, que actúa 

ocultamente para lograr sustraer al orbe terráqueo de la influen-

cia de Jesús, su verdadero y magnánimo Gobernador Espiritual.

Pregunta: De acuerdo a vuestras descripciones, esa comu-

nidad inferior posee calles, edificios, jardines y servicios públi-

cos y deberá poseer vehículos adecuados a sus necesidades. ¿No 

es verdad?

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