La Vida Más Allá de la Sepultura 

el hombre físico.  A veces me parece que intento describir a un   

ciego, el funcionamiento y la estructura completa de un piano, 

en la creencia de que bastaría ponerle las manos sobre la tapa  

barnizada para que conozca toda la estructura del instrumento.

Asimismo, aun a aquellos que “sienten” la realidad del 

mundo invisible o gozan de la videncia que les permite observar 

a los espíritus en sus trajes astralinos, también se les presentan 

innumerables dificultades que deforman la realidad espiritual 

vivida por nosotros.

En virtud de la precariedad de las comparaciones materia-

les para poder configurar las formas exactas de los espíritus en 

libertad, en el mundo que denomináis de “cuarta dimensión”, la 

mayoría de los hombres, para conceptuarlo, se ven obligados a 

guiarse por la fe interior, aceptando una realidad que el intelec-

to aún no consigue asimilar satisfactoriamente.

En la seguridad de que aun los acontecimientos más comu-

nes de nuestra esfera astral son bastante difíciles de comprender 

ahí, en el mundo físico, procuraré transmitiros un breve relato 

de mi visión y existencia en el Más Allá, apelando a la mayor 

sencillez posible para objetivar el máximo entendimiento co-

mún. No tengo la presunción de proporcionaros la visión de las 

cosas inéditas o de naturaleza superior con respecto a las comu-

nicaciones que forman parte de la extensa literatura mediúmni-

ca y existen en las bibliotecas espirituales de la Tierra, dictadas 

por otros espíritus sensatos y sabios. Reconozco que muchas 

de esas exposiciones o relatos son más minuciosos y presen-

tan enseñanzas muy superiores a las de mis comunicaciones, 

trazando derroteros seguros para el esclarecimiento educativo 

del lector, siempre ávido de aclaraciones sobre la naturaleza del 

espíritu inmortal. Estas páginas, mientras tanto, se refieren a 

una experiencia personal de un desencarnado, y os aseguro que 

os puede interesar bastante, porque no existen dos experiencias 

iguales en el mismo género. Siempre ocurre algo nuevo para 

ser transmitido cerca de la experiencia personal de cada alma 

que se interese en descubrir su propio misterio de “ser” y “evo-

lucionar”. Me sirvo de la oportunidad fraterna que me ofrece 

el comprensivo espíritu de Ramatís, al colocar a su sensitivo a 

mi disposición, para que recepcione mis pensamientos y tome 

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