LA DESENCARNACIÓN Y SUS ASPECTOS CRÍTICOS

Pregunta: ¿En el momento de descarnarnos aparecen junto 

a nosotros espíritus amigos o de parientes, que nos asisten en 

esa hora crítica?

Atanagildo: De eso no os quepa la menor duda. Tomando 

a vosotros mismos como ejemplo, ¿qué haríais si ya estuvieseis 

desencarnados y supierais que determinado hijo, amigo o ente 

muy querido se encontrara en el umbral de la puerta del astral?

Cuando lleguéis aquí habréis de notar que son muchos los 

tropiezos y dificultades que se anteponen a la mayoría de los de-

sencarnados, principalmente a causa de las celadas peligrosas y 

a las influencias maléficas que los espíritus diabólicos siembran 

en el camino del Más Allá y que amenazan a los recién llega-

dos de la Tierra. Como tampoco podemos prever con exactitud 

cuáles serán las reacciones psíquicas de nuestros parientes en 

la hora delicada que les toque dejar su cuerpo físico, a veces 

estamos obligados a solicitar la presencia de las entidades más 

elevadas, con el fin de que nos ayuden a proteger a nuestros 

seres queridos en la travesía desde la tumba hacia aquí.

Pregunta: ¿Entonces siempre queda asegurada la protección 

y la seguridad de aquellos que parten desde la Tierra, a través 

de esa asistencia benefactora que los parientes y amigos del Más 

Allá prestan a sus familiares desencarnados recientemente?

Atanagildo: Esa defensa depende mucho del caudal de 

virtudes que posea el espíritu desencarnante y del modo como 

haya vivido en la materia, porque, en general, los encarnados 

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