Ramatís

cia otros mundos y nuevos contingentes de almas, provenientes 

de otros orbes, también se encaminan para su reencarnación en 

el globo terrestre. A fin de evitar la sobrecarga asfixiante y la 

saturación de espíritus rebeldes, que dificultan en los mundos la 

ascensión moral de los bien intencionados, tenemos entonces, la 

llamada faz del “juicio final”, en que los planetas de inmadurez 

espiritual, como la Tierra, ciertas catástrofes reducen la carga 

de encarnados, haciendo emigrar a los perturbadores hacia los 

mundos inferiores, en donde tendrán que reiniciar el curso evo-

lutivo, a través de nuevos sufrimientos disciplinadores.

202