La Vida Más Allá de la Sepultura
tuábamos en la misma faja vibratoria de sentimientos e ideales,
pero, con cierta diferencia. En el Espacio habíamos combinado
la conjugación de nuestros destinos desde la época egipcia, a fin
de que unidos pudiéramos apresurar nuestra evolución espiri-
tual en la Tierra. De acuerdo a su propio karma, Cidalia debía
casarse en su existencia material, pero no conmigo, pues, más
tarde se casó con otro hombre de profundo ascendiente moral
desde un pasado remoto. Se trata de un antiguo adversario, de
vidas anteriores, pero que en la realidad estaba en vías de reno-
vación espiritual a quien Cidalia, con provecho para sí misma,
debería favorecerlo en sus últimos esfuerzos de redención.
Los ascendientes biológicos de la familia de Cidalia atien-
den muy bien a las disposiciones orgánicas de sensibilidad ner-
viosa y al tipo de sistema endocrino que precisaré en la próxima
reencarnación en Brasil; espero ser su nieto aproximadamente
por el año 1970. El esposo de Cidalia desciende de la vieja estir-
pe griega, que tantos esclavos entregaron a la orgullosa Roma
de los Césares, como preceptores, y la figura de mi futuro abue-
lo materno, me auxiliará en el contacto regresivo con el linaje
psíquico de la Grecia, la que se afina a mi actual psicología.
También favorece, la presencia del acentuado linaje romano en
la sangre y en el psiquismo del esposo de Cidalia, el que me
despertará ciertos impulsos de comunicabilidad en el sentido
artístico y en el gusto por la música, tan característico en la raza
italiana. Ese plan de acción deberá dirigirlo el Departamento
“Bio-psíquico” de la metrópoli astral donde yo resido y que co-
menzó a concretarse en el momento de mi aproximación con
Cidalia en los contactos terrenos que tuvimos.
Pregunta: Al haber desencarnado por molestias graves,
conforme nos manifestasteis, tuvisteis que guardar mucho tiem-
po en cama, soportando sufrimientos físicos. ¿No indica eso,
que también debisteis liquidar algún débito que teníais con el
pasado, de acuerdo a como lo señala la Ley del Karma?
Atanagildo: El dolor no debe interpretarse así, tan radical-
mente, pues, no siempre es pago por faltas cometidas por medio
de la técnica rectificadora v puede ser, el efecto de la acción
sobre el medio en que el espíritu actúa. Si consideramos el dolor
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