Ramatís

árabe, que recuerda bases cuadradas, encimadas por cúpulas 

rodeadas por altos minaretes, tradicionales mezquitas de ora-

ciones para Alá y Mahoma. El viejo Egipto es reverenciado por 

los edificios de área abierta y espaciosa, que se confunden con 

los frondosos plátanos y cántaros cubiertos por las cautivantes 

margaritas, que en forma de prodigioso tapete floreado cantaba 

las glorias del Nilo legendario.

Los restantes predios y edificaciones de la metrópoli astral 

también están rodeados de vastos jardines llenos de flores, en 

donde se destacan, principalmente, los tipos exóticos de cálices 

y tazas de color yema de huevo centelleante y cuyo centro rubí 

parece una gota de sangre refulgente. El aroma que emana de 

esas flores me hace recordar el perfume de las azucenas, aunque 

no les puedo describir la misteriosa fragancia que invade la sen-

sibilidad magnética de nuestro periespíritu cuando las rozamos 

ligeramente.

Casi todas las residencias son espaciosas, teniendo cone-

xión los aposentos con los jardines, en donde la brisa olorosa 

renueva la atmósfera interior. La mayoría de los amplios por-

tales tiene relieves delicados que expresan y simbolizan a la 

comunidad del Gran Corazón.

Pregunta: Tratándose de una metrópoli astral con carac-

terísticas predominantemente brasileñas, ¿no deberían poseer 

edificaciones similares a nuestro ambiente y estilo nacional?

Atanagildo: Ya os manifesté cuál es el concepto que noso-

tros tenemos del nacionalismo. Los espíritus desencarnados 

que actualmente viven en la ciudad del Gran Corazón, aunque 

provengan del Brasil, son egresados de algunas civilizaciones 

milenarias, que existían mucho antes que se descubriera el Bra-

sil. La comunidad brasileña aún no alcanzó medio milenio de 

existencia; muchos espíritus que se encontraban y otros que se 

encuentran encarnados en Brasil proceden de colectividades 

persas, egipcias, griegas, hindúes y hebraicas. La mayoría de los 

habitantes de nuestra metrópoli no posee más de dos o tres en-

carnaciones en Brasil, pero han vivido decenas de veces en otras 

civilizaciones orientales. Eso quiere decir que el contenido es-

piritual de la mayoría propende hacia la psicología de Oriente.

122