La Vida Más Allá de la Sepultura 

sa, intercalados entre un grupo y otro de hermosos y frondo-

sos bosques. Cada conjunto de edificios se encuentra en medio 

de bellos jardines de alfombras coloridas, que además poseen 

pequeños lagos y canales de agua cristalina, cuyos lechos se 

encuentran incrustados por láminas transparentes y de colores.

Esas fuentes, semejantes a espejos líquidos y de reflejos po-

li-crómicos, adornan sus márgenes con delicados conjuntos de 

arbustos pequeños y de suave fragancia, que embalsaman la 

brisa con sus excelsos perfumes, haciéndome recordar la fra-

gancia del sándalo, de las rosas o el jazmín. Los árboles en for-

ma de tiernos abrazos de vegetación florida, se intercalan entre 

espacio y espacio, formando graciosos bosques de sombras re-

frescantes, remarcados por un halo de suave luz solar astralina.

Hay lugares maravillosos de sueños principescos, en donde 

delicados bancos de porcelana transparente despiden reflejos de 

color eterizado y se balancean, suspendidos entre columnas de 

una sustancia rosada, muy inquieta, parecida a la espuma del 

mar. Alrededor de esos bancos se entrelazan las trepadoras, sa-

turadas de cantidades de flores aromáticas, que forman parte de 

los festivos banquetes de luz eterizada del plano astral. Cuando 

vislumbré esos aspectos paradisíacos en el Más Allá, creía haber 

despertado en el seno de aquellos jardines hermosos de la anti-

gua Grecia, que parecían mantos de flores, en donde los poetas, 

filósofos, músicos y cantores, en sus fiestas, sublimaban la vida 

humana y la misteriosa recordación de los mundos  celestiales.

Pregunta: ¿Esos edificios son construidos bajo la misma 

línea arquitectónica conocida en la Tierra?

Atanagildo: Las edificaciones revelan a primera vista las 

líneas arquitectónicas y los estilos propios de las razas civili-

zadas del mundo terreno; hay conjuntos del tipo griego, cuyos 

palacios, de base y capital jónico, tiene sus extremidades redon-

deadas y marmóreas, en donde las volutas se elevan en forma de 

espirales delgadas; el estilo hindú se revela en las inconfundibles 

construcciones remarcadas con tejados cónicos y cubiertos de 

hojas doradas por la sustancia astral; las pagodas chinas tienen 

su equivalente en nuestra metrópoli, aunque bajo un sentido 

de alta espiritualidad. Hay edificios semejantes al viejo estilo 

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