Ramatís
Recordamos, por eso, la preciosa advertencia de otro espí-
ritu consagrado en el mundo, que fue Pedro, cuando dice: “Por-
que todo aquél que es vencido, es también esclavo de aquel que
lo venció” (ii-2:19). Sin duda, aquel que es vencido por el humo
del cigarro, es obvio que también será su esclavo.
PREGUNTA: – Sucede que entre las autoridades médicas
hay desacuerdo sobre la cuestión del tabaco, pues algunas
afirman que el humo es inofensivo al organismo, mientras
otras alardean hasta del peligro del cáncer pulmonar y de
otras enfermedades peligrosas, que pueden provenir por el ta-
baco. ¿Qué podéis decirnos al respecto?
RaMaTÍS: – Por desgracia, vuestra humanidad se deja
orientar por los conceptos subversivos y sofismas inspirados por
los espíritus viciados de las sombras, que rodean de toda suerte
de caprichos e imprudencias al terrícola indiferente para con
su destino espiritual. a tales espíritus astutos, les interesa de-
sarrollar cada día el reinado del vicio en el mundo que dejaron,
ya que así los propios encarnados les servirán de instrumentos
dóciles para satisfacer sus deseos enfermizos, obstaculizados con
la muerte del cuerpo físico. Por tanto, siembran la confusión y
subvierten las advertencias de los mentores espirituales, procu-
rando contradecir las opiniones sensatas, entre los hombres, con
respecto a los vicios comunes. así sucede con el vicio del tabaco,
que varía hasta en la opinión médica, dividida en juicio favorable
y desfavorable, sembrando la duda sobre los efectos dañinos de
los venenos del tabaco, en la delicadeza del organismo humano.
Pese a que es suficiente un simple examen de laboratorio
para revelar la naturaleza agresiva de la nicotina, alcaloide que
existe profusamente en el tabaco, el hecho es que la mayoría de los
médicos fuma y cuida a sus clientes con los dedos teñidos de ama-
rillo por la acción de la misma nicotina, o mal consigue disfrazar
la carraspera del fumador inveterado. Consecuentemente, el cien-
tífico, el médico o el sabio viciado en el tabaco, no podrá opinar
sobre la conveniencia o inconveniencia de fumar, pues si todavía
no se ha liberado del pernicioso vicio, tampoco posee el mérito
suficiente para imponer un sensato esclarecimiento científico.
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