Ramatís

RaMaTÍS: – no hay duda de que se puede comprobar eso, 

principalmente entre los pueblos nómadas del asia, que se ali-
mentan casi exclusivamente de carne de carnero, cabrito o de 
caza salvaje. Pero ellos son producto de un medio agreste cuya 
vida está libre del artificialismo de la cocina de las metrópolis. 
están próximos a la vida salvaje que exige nutrición más pri-
mitiva, lo que constituye una prueba más que la alimentación 
carnívora es incompatible con el hombre altamente civilizado o 
de sensibilidad espiritual.

es la propia Medicina de vuestro mundo la que, después de 

largas y exhaustivas investigaciones para hallar los elementos que 
producen la fatiga en el organismo humano, llegó a las conclu-
siones que aconsejan al hombre el abandono de la carne. es así 
que se comprobó que la fatiga se produce por los venenos del 
cuerpo, y bajo tres causas distintas: la primera, como un efecto de 
las modificaciones químicas que se procesan en los músculos; la 
segunda, consecuencia de los ácidos minerales y otras sustancias 
que agotan al hombre, ingeridas por la alimentación; y la tercera, 
consecuencia de los venenos excretados por las bacterias proteolí-
ticas, que producen la putrefacción de las proteínas no absorbidas 
por el colon intestinal. la carne no es digerida completamente 
por el hombre en un porcentaje del cinco al diez por ciento, y 
se pudre acelerando el desenvolvimiento de la amebiasis, colitis, 
irritaciones o fístulas, toda vez que en ese proceso de putrefacción, 
dominan el escatol y el indol, como venenos causantes de la fatiga.

los alimentos carnívoros sufren también gran pérdida de 

su energía vital durante la combustión interna, así como acen-
túan la producción de ácidos nocivos que afectan el equilibrio 
bioquímico intestinal, de donde resulta la intoxicación de los 
órganos, tejidos y sangre con la presencia del ácido úrico, cau-
sante del artritis.

la alimentación vegetariana, por tanto, es superior a cual-

quier régimen carnívoro, pués que los hidratos de carbono pre-
dominan en los vegetales, constituyéndose en una óptima fuente 
de energía para el buen funcionamiento de los músculos, prin-
cipalmente con el uso de la batata y de los cereales, o frutos 
dulces como la ciruela, uva, higo, pera, caña de azúcar, caqui, 
sandía y pasas.

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