Fisiología del Alma 

se su acción malhechora por la conjunción de otras sustancias 
corrosivas, que son suministradas por los mojos picantes, la 
pimienta y otros condimentos tóxicos. la prueba evidente de 
estas aserciones está en que la humanidad terrestre, cuanto más 
se entrega a la alimentación carnívora, principalmente con la 
facilidad actual de la carne enlatada, tanto más se ve compelida 
a consumir mayor cantidad de vitaminas artificiales.

Cualquier compendio o manual de cocina que trate de la 

calidad de la alimentación, os explica que la carne magra, por 
ejemplo, contiene casi dos tercios de agua, veinte por ciento de 
proteína, cinco por ciento de grasa y tres por ciento de residuos y 
materia mineral, conteniendo pocas vitaminas a, B y C. las car-
nes enlatadas son todavía más pobres vitamínicamente, porque 
al ser sometidas a un proceso riguroso de hervor industrial, vola-
tilizan gran parte de sus elementos energéticos, y aun en cuanto a 
las sales minerales, quedan conteniendo poco sodio y poco calcio. 
el propio hierro que retienen proviene de los residuos de la san-
gre que quedan retenidos y coagulados en los tejidos musculares.

en el caso de la enfermedad del escorbuto, por ejemplo, la 

Medicina explica que se trata de una “discrasia hemorrágica” 
proveniente de la falta de vegetales y de frutas frescas, culmi-
nando en profunda avitaminosis. antes de ser descubierta la 
carencia vitamínica que provocaba el escorbuto, los ejércitos en 
campaña, las caravanas de largo recorrido y los marineros que 
pasaban mucho tiempo en el mar, alimentados exclusivamen-
te de carne, se diezmaban abatidos por esas molestias que les 
afectaba la nutrición por la falta de la vitamina C, la cual sólo 
es pródiga en los frutos, legumbres y cereales, tales como limón, 
uvas, tomate, repollo crudo, cebolla o espinaca. es evidente que 
si la carne poseyese el tenor vitamínico exacto y necesario al or-
ganismo humano, el escorbuto no afectaría a los carnívoros, y sí 
únicamente a los vegetarianos. no obstante, el resultado es dia-
metralmente opuesto, pues esa molestia se debilita justamente 
cuando los pacientes son tratados con frutas y vegetales frescos.

PREGUNTA: – Pero existen razas robustas que se alimen-

tan exclusivamente de carne, como ciertos pueblos o tribus 
nómadas del Asia. ¿No es verdad?

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