Ramatís
carne y la manteca representaban abundancia en la co-
cina y confuerto para el estómago. Pues con el mismo
derecho se acercan los desencarnados – tan inferiores
hoy como ya lo fuimos nosotros antes – a los animales
muertos cuya sangre humeante les ofrece vigorosos ele-
mentos vitales.
Quedó demostrado, en esa obra medianímica de crédito,
que el vicio de la alimentación carnívora es señal de inferioridad
espiritual. la ingestión de vísceras cadavéricas y la consiguiente
adhesión al progreso de los mataderos, mantiene la fuente que
todavía sustenta la vitalidad de los obsesores y de los agentes
de las tinieblas sobre la humanidad terrestre. el terrícola paga
diariamente, bajo la multiplicidad de los dolores, incomodida-
des y consecuencias funestas en su hogar, la incuria espiritual
de devorar los restos del animal criado por dios y destinado a
fines útiles.
otro autor espiritual (el Hermano X, bajo el tema “entre-
namiento para la Muerte”), a través del mismo médium que
enunciamos, conceptúa valerosamente:
Comience la renovación de sus costumbres por el plato
de cada día. disminuya gradualmente la voluptuosidad
de comer la carne de lo animales . el cementerio de la
barriga es un tormento después de la grande transición.
el lomo de puerco o la chuleta de ternera adobados con
sal y pimienta, no nos sitúan muy lejos de nuestros an-
tepasados, los indios que se devoraban unos a los otros.
emmanuel, el mentor del referido médium, en comunica-
ción que destacamos, aludiendo a la aparición y a la evolución
del hombre, se manifiesta así:
los animales son los hermanos inferiores de los hom-
bres. ellos también, como nosotros, vienen de lejos, a
través de luchas incesantes y redentoras y son, como
nosotros, candidatos a una posición brillante en la es-
piritualidad. no es en vano que sufren en las faenas
benditas de la dedicación y de la renuncia, en favor del
progreso humano.
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