Fisiología del Alma 

su paralización súbita representaría un desastre económico 
para nuestro mundo. Toda vez que se multiplican las carnice-
rías, frigoríficos e industrias de carne enlatada, debe ser por-
que la Divinidad lo permite: ¿no es así?

RaMaTÍS: – Cuando aparecieron en vuestro mundo los 

primeros automóviles, los antiguos cocheros y constructores de 
vehículos de tracción animal se asustaron también ante la inmi-
nencia del terrible desastre económico, pues temían por el cierre 
de las herrerías, de las fábricas de coches, y mucho más, por los 
perjuicios causados a los criadores de caballos, fabricantes de 
guarniciones, pintores y tapiceros. no obstante, la sabiduría de 
la vida transformó todo eso en talleres mecánicos, puestos de 
gasolina, lavaderos de autos; surgiendo, además, los artífices de 
la goma, los garajistas, estaciones de servicio, vigilantes del trán-
sito, niqueladores, fabricantes de parabrisas, pintores y extensa 
industria de tambores, latas, frascos, aceites y demás artículos 
necesarios para la fabricación de los automóviles. en lugar de 
la quiebra prevista por el angustioso pesimismo, se desenvolvió 
una de las más poderosas actividades que han enriquecido a los 
países productivos. De igual modo, la paralización de la fúnebre 
industria de la carne, además de constituirse en inefable bendi-
ción para vuestra humanidad, ha de favorecer la construcción 
del más rico parque industrial de productos frugívoros, vegetales 
y sus derivados, capaz de atender al paladar más exigente, el cual 
se encuentra actualmente deformado por la nutrición cadavérica. 
¡la química y la botánica, serán llamadas a contribuir decisiva-
mente para la nueva riqueza, produciendo los más variados tipos 
de frutas, que han de transformarse en bocados paradisíacos!

la suposición que la divinidad pueda estar de acuerdo con 

el sostenimiento de carnicerías y mataderos, es consecuente de 
la interpretación falsa de los designios de dios. Reparad que 
actualmente se hace más difícil la adquisición de carne por los 
pobres, los cuales se ven obligados a recurrir a otras fuentes de 
alimentación. ignoráis que, a medida que aumenta la dificultad, 
para el hombre, de ingerir carne, se va atrofiando el mecanismo 
psíquico del deseo carnívoro, que poco a poco va desaparecien-
do hasta alcanzar la abstinencia total.

ante la comprobación científica que la carne del animal 

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