Fisiología del Alma 

del polvo engañador. Vosotros ingerís gran cantidad de masa 
material, en forma de opípara alimentación, atendiendo más a 
las contracciones espasmódicas del organismo, que a la necesi-
dad magnético-vital. el cuerpo, en verdad, solamente asimila el 
quantum

 que necesita para sustentar la forma aparente, y por 

ese motivo excreta casi toda la cuota ingerida. en los planetas 
más evolucionados, la alimentación se hace casi toda a base de 
jugos que penetran en la organización viva, algunas veces hasta 
por el fenómeno común de la osmosis y absolutamente sin ex-
creción. en ellos, las almas ya evolucionadas saben alimentarse, 
en gran parte, a través de los elementos etéricos y magnéticos 
absorbidos del Sol o del ambiente, incluyendo el energismo prá-
nico del oxígeno de la atmósfera.

no os será difícil comprobar que muchos operarios mal 

alimentados consiguen realizar tareas pesadas, así como tradi-
cionales peregrinos del pasado, que pregonaban la palabra del 
Señor al mundo conturbado, vivian frugalmente y abjuraban de 
la carne. el progreso espiritual se evidencia en todos los campos 
de acción en que el espíritu actúa; y por ese motivo — si real-
mente pretendéis alcanzar el estado angélico — tendréis tam-
bién que procurar desenvolver un metabolismo más delicado 
y escogido, en la alimentación de vuestro cuerpo. la ascensión 
espiritual exige la continua reducción del bagaje de excesos del 
mundo animal. ¡Sería ilógico que el ángel alcanzase vuelo de-
finitivo hacia las regiones excelsas, sintiendo nostalgia por la 
ingestión de la grasa de sus hermanos inferiores!

PREGUNTA: – Si el hombre persistiera en alimentarse con 

carne, ¿qué recursos podrán emplear los Mentores espirituales 
para apartarlo de esa nutrición?

RaMaTÍS: – Sabéis que los excesos en las mesas panta-

gruélicas, principalmente en la alimentación carnívora, cuan-
do demuestran la irresponsabilidad del espíritu humano para 
con su propia felicidad, son corregidos con la terapéutica de las 
admirables válvulas de seguridad espiritual, que ahí, en vues-
tro mundo, funcionan bajo la terminología clásica de la ciencia 
médica, con las sugestivas denominaciones de úlceras, cánceres, 
cirrosis, nefritis, enterocolitis y llagas, incluyendo la creación 

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