Fisiología del Alma
en el caso del cáncer, cabe también al médico la meritoria
tarea de resolverlo en su manifestación más periférica, más fí-
sica, atacándolo paulatinamente con los recursos terapéuticos
más eficientes, que deberán completar la curación definitiva, a
medida que el hombre eleve su cociente espiritual.
Pregunta: llegados al término de este capítulo, ¿podéis de-
cirnos cuál es el sentido más significativo que se debe destacar
en vuestras comunicaciones sobre el cáncer?
Ramatís: nuestro mensaje se dirige a toda criatura viva,
principalmente a los enfermos y a los cancerosos, haciéndoles
ver la necesidad urgente de comprender que la salud verdadera
es patrimonio indiscutible del espíritu equilibrado. Hace 2500
años, los griegos sostenían el concepto de que “alma sana en
cuerpo sano”, era la solución ideal para alcanzar la felicidad en
la vida humana, por cuanto en el alma se encuentra, realmente,
el origen déla salud y de la enfermedad. Sin desmerecer el va-
lioso y bendito esfuerzo médico, estimamos, no obstante^ que
el éxito completo de la salud humana ha de ser concretizado
cuando el médico, además de prescribir los medicamentos, de la
farmacología terrestre, ¡preceptúe el cumplimiento integral de
los postulados de Cristo!
es muy justo y bastante loable, el trabajo de las investiga-
ciones, de las experimentaciones y de la técnica modernas en el
campo quirúrgico; el dominio de las energías terapéuticas dina-
mizadas por la electricidad y el progreso químico, destinados a
la curación del cuerpo físico y al socorro del hombre, para que
no caiga prematuramente en su peregrinación terrestre. ¡Pero
la salud humana definitiva, ha de ser efectiva tanto más pronto
como el médico conjugue sus esfuerzos terapéuticos en favor del
alma enferma!
el principal objeto de nuestras consideraciones, es recor-
darlos que la riqueza terminológica de los conceptos brillantes
de la patología del mundo, la eficiencia de los aparatos médicos
modernos, la multiplicación de los hospitales, clínicas, sana-
torios o industrias farmacéuticas, ¡no son suficientes para eli-
minar del mundo el contenido mórbido que todavía afecta el
organismo periespiritual de la humanidad terrestre, cada vez
más enferma! el espíritu que actualmente desciende del Más
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