Ramatís
tablecimiento. no cabe duda de que el cuerpo humano es un
absorbente espontáneo de energías buenas o malas. Tanto se
puede convertir en una esponja ávida por embeberse en fuerzas
superiores que lo renuevan y lo reactivan, como se puede trans-
formar en un papel secante absorbente de los venenos siempre
que su espíritu se sintonice con las corrientes bajas del mundo
astral inferior.
el espíritu, como un electroimán poderoso, tanto atrae
como repele, energías que palpitan libres en el seno de la vida
cósmica. el es siempre un centro de atracción magnética; donde
quiera que esté o actúe condensa, libera, expande o agrupa las
corrientes magnéticas o energéticas que lo ayudan más breve-
mente a nivelarse con las regiones paradisíacas; o puede bajar
vibratoriamente bajo la ley de los pesos específicos, estancando
en sintonía con la vida degradada de los mundos deletéreos del
astral inferior. Por tanto, el principal papel de pasista, es el de
interferir en el campo de ésas energías poderosas, y canalizarlas
hacia los enfermos en la cantidad y en la calidad que sean ca-
paces de renovar sus células enfermas o cansadas, obrando las
transformaciones benéficas en las colectividades microbianas
que recomponen los tejidos y los órganos físicos.
Alcanzado el punto de equilibrio magnético del cuerpo hu-
mano, es este mismo el que opera, defendiéndose de la invasión
de los gérmenes y elementos mórbidos; extinguiendo cualquier
llaga o excrecencia que perturben su armonía.
Pregunta: algunos médicos amigos nos han dicho que el
“pase magnético” es completamente inocuo en el caso del cán-
cer, ¿Qué podéis decirnos sobre esto?
Ramatís: el pase magnético terapéutico es de gran prove-
cho en el tratamiento del cáncer, porque éste es una enfermedad
del ser, con la consecuente perturbación en el trabajo de edifi-
cación de las colectividades microbianas, que son responsables
de la armonía física y de la etiología médica académica, discu-
rriendo sobre los cuadros cancerosos en la observación del com-
portamiento de los tumores y en la experimentación de nuevos
métodos de tratamiento, no son suficientes para augurar buen
éxito terapéutico en el tratamiento del cáncer. Como ya hemos
recordado, ni aun el hecho de lograr aislar algún virus en las ex-
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