Ramatís

esotéricas destinadas a desarrollar la sensibilidad psíquica a tra-
vés del régimen vegetariano. jesas personas piensan que las fuer-
zas sutiles de los planos angélicos pueden unirse arbitrariamente 
a los eructos fluídicos de la digestión proveniente de los trozos 
cadavéricos! Son raras las que comprenden que en los días de 
trabajos medianímicos, pases o radiaciones, deben eliminar la 
carne de sus mesas. Hay otras que ignoran que el éxito de las 
operaciones fluídicas a distancia no dependen, en absoluto, de las 
proteínas animales, y sí, principalmente, de la exudación ecto-
plasmática de un sistema orgánico limpio de impurezas astrales.

PREGUNTA: – ¿Cuál es el procedimiento más eficiente para 

que el discípulo pueda eliminar de su aura o de su periespíritu 
los fluidos deletéreos que son exudados por la carne animal?

RaMaTÍS: – es la terapéutica del ayuno el proceso que 

auxilia mejor al espíritu a drenar las sustancias tóxicas que 
provienen del astral inferior, pues debido al descanso digestivo, 
se eliminan los fluidos perniciosos. la iglesia Católica, al reco-
mendar el ayuno a sus fieles, les enseña un método inteligente 
para favorecer la inspiración superior. las figuras etéreas de 
los frailes trapenses, de los santos o grandes místicos, sujetos a 
la alimentación frugal, comprueban el valor terapéutico de esa 
alimentación. el ayuno aquieta el alma y la libera en dirección 
al mundo etéreo; auxilia la descarga de las toxinas del astral 
inferior, que se sitúan en el aura humana de los “civilizados”.

existen en vuestro mundo, algunas instituciones hospitala-

rias que han podido extinguir gravísimas enfermedades bajo el 
tratamiento del ayuno o por la alimentación a base exclusiva de 
jugos de frutas. Jesús, con el fin de no reducir su contacto con lo 
Alto ante el asedio tenaz y vigoroso de las fuerzas del mal, man-
tenía su mente limpia y la gobernaba con absoluta seguridad, 
gracias a los prolongados ayunos con los que eliminaba todos 
los residuos astrales, perturbadores de los vehículos intermedia-
rios entre el plano espiritual y el físico. el Maestro no desprecia-
ba ese recurso terapéutico para afianzar la tesitura delicada de 
su periespíritu; no se olvidaba de vigilar su propia naturaleza 
divina, situada en un mundo conturbado y agresivo, que actua-
ba continuamente sobre él como poderoso vivero de pasiones y 

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