Ramatís

Bajo determinada frecuencia radioterapéutica, se puede dar el 
fenómeno opuesto, en que la proliferación de los mismos gló-
bulos blancos genera la fatal leucemia. la radioterapia acos-
tumbra a lesionar los tejidos delicados, la médula ósea se con-
gestiona y hasta se puede licuar, mientras el bazo disminuye de 
tamaño. Én algunos individuos poco resistentes, degeneran las 
gónadas o glándulas masculinas y, en ciertas mujeres, se atro-
fian los folículos de Graaf, habiéndose verificado la esterilidad 
en ambos sexos.

las radiaciones excesivas en la forma de calor, tal como 

sucedió con las nucleares producidas por la bomba atómica 
de Hiroshima y nagasaki, causaron en el cuerpo humano que-
maduras, hemorragias, vómitos, necrosis, calvicie instantánea, 
licuefacción de tejidos, y posteriormente, tumores cancerosos 
y leucemia. en cuanto a su influencia en la formación de los 
genes, proporcionó el nacimiento de seres anormales, abortos, 
prematuros, deformaciones y otras aberraciones agrupadas por 
la Medicina en sus tablas teratológicas.

no obstante algunas soluciones bienhechoras conseguidas 

por la radioterapia, ésta no alcanzó el porcentaje de curaciones 
de cáncer que la Medicina preveía entusiásticamente al inicio 
de su aplicación. insistimos en decirlos que, aunque todos los 
esfuerzos médicos en ese sentido sean loables, la unidad y la co-
hesión vital del organismo humano, dependen, particularmente, 
de “leyes biológicas” que podréis considerar en las contrapartes 
actuantes en la materia, de las propias leyes espirituales que go-
biernan el Cosmos y se entrelazan con todas las manifestaciones 
de la vida microcósmica y de la vida microcósmica. en conse-
cuencia, la radioterapia no será el recurso exclusivo y capaz de 
restablecer el poder central del espíritu todavía perturbado en el 
cuerpo humano, que alimenta el cáncer. de la misma forma, ex-
tirpando el tumor canceroso o haciendo abortar su crecimiento 
anómalo, no puede inferirse que con esa providencia aislada, 
desaparezca en definitiva la causa de la enfermedad que se ori-
gina en la desarmonía espiritual.

Cuando la terapéutica se dirija únicamente sobre la dolen-

cia local o la tumoración, lo que puede ser apenas un síntoma 
aislado de la causa oculta en el psiquismo enfermo, el éxito será 

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