Ramatís

red sanguínea o linfática.

el tóxico subversivo, actúa a través del duplo etéreo in-

termediario entre el periespíritu y el cuerpo físico, y se concen-
tra nuevamente sobre los órganos o sobre los miembros que 
sean más vulnerables, después de las extirpaciones quirúrgicas. 
Cuando el médico corta el dedo afectado a su paciente, apenas 
interrumpe por algún tiempo el “descenso” del morbo cancero-
so, al haber extirpado la zona de vertencia morbosa hacia la 
carne, la cual prosigue luego por el brazo del periespíritu, des-
ciende más adelante convergiendo en la mano y, sucesivamente, 
por el antebrazo y por el brazo, que van siendo respectivamente 
amputados, como medida desesperada de salvación.

abatiéndose el enfermo por los consecutivos choques anes-

tésicos y operatorios, que le envenenan el hígado o el páncreas, 
es amargado psíquicamente por las constantes mutilaciones, 
convirtiéndose en un campo más favorable para la reincidencia 
tóxica, en forma de una nueva tumoración, recordando una de-
testable vasija viva, de veneno.

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