Fisiología del Alma 

láctica sobre el mismo, debe ser efectuada con cierta prudencia 
y con severa orientación psicológica, pues de lo contrario, su 
efecto puede ser hasta pernicioso siendo alarmante, haciendo 
recrudecer el pavor y la angustia entre los individuos más pesi-
mistas y fácilmente sugestionables. los más impresionables pa-
sarán a vivir sobresaltados ante la presencia de una inofensiva 
verruga, de un quiste sebáceo, de señales o alteraciones del color 
de la piel. La mente asustadiza y mórbida se llenará de preocu-
paciones sobre el cáncer, ante cualquier contusión demorada, 
ante una gastralgia, resfriado, dispepsia, pequeña hemorragia, 
ronquera o estado febril. es necesario, pues, evitar los extremos 
aconsejables, siguiendo la advertencia popular de que “ni tanto 
en la tierra, ni tanto en el mar”.

La mente humana es una usina de fuerza, cuyo voltaje está 

bajo el control y el equilibrio del espíritu. Esa fuerza tanto pue-
de activar las células del organismo y nutrirlas bajo un estado 
de saludable armonía y construcción, como puede desorgani-
zarlas en su simbiosis energética, debido a la incesante actua-
ción mórbida del miedo y de la angustia. Siendo cierto que una 
pena larga o un fracaso amoroso tienen fuerza suficiente para 
perturbar las facultades mentales de ciertas criaturas débiles, 
es obvio que ello es fruto del pensamiento mórbido e incesante, 
actuando en la base electrónica de cohesión y de crecimiento de 
las células cerebrales. Así como esa fuerza mental morbosa pro-
yectada sobre el cerebro causa la “locura de las células cerebra-
les”, es evidente que el miedo, la angustia o la idea fija sobre el 
cáncer, pueden intervenir desordenadamente en la aglutinación 
celular de algún órgano o región orgánica vulnerable,¡acabando 
realmente, por manifestar la tan temida enfermedad! ¿Qué es el 
cáncer sino el producto del veneno psíquico producido por el 
espíritu en sus desarmonías mentales y emotivas?

Aunque sea razonable prevenir y orientar a aquellos que 

ayudan a la proliferación del cáncer con su ignorancia, descuido 
y miedo, advirtiéndoles que el tratamiento a tiempo ofrece ma-
yores posibilidades de cura, es también necesario no converger 
exclusivamente para una “entidad fantasma” denominada “cán-
cer”, ya que el hombre no es un individuo semejante a un motor, 
en el que se pueden particularizar aisladamente sus piezas y sus 

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