Ramatís

modo que la planta dañina muere cuando le cortan las raíces. 
es el propio organismo el que combate y vence la enfermedad 
actuando con sus recursos naturales, y por ese motivo, cual-
quier renovación mental y emotiva del enfermo se transformará 
en saludable contribución energética de tenor elevado, para ma-
yor efectividad en la curación.

entre las mujeres acometidas por el cáncer, las reacciones 

más favorables contra la enfermedad se verifican en las más 
resignadas, cuyo espíritu no se tortura por el miedo o por la 
desesperación, manteniendo la fe y la confianza en los objetivos 
superiores de la vida creada por dios. las que son más afecti-
vas, más bondadosas, más alegres, más generosas y enemigas 
de la maledicencia y de la antipatía cotidianas, conservan un 
estado de espíritu positivo y resistente a muchos acontecimien-
tos desagradables.

Se sabe que el cáncer es menos pródigo en los retardados 

mentales o mentalmente apáticos, comprobando eso que el he-
cho de permanecer el psiquismo a distancia de las aflicciones y 
de los desatinos mentales conscientes o deliberaciones propues-
tas es el resultado de falta de alimentación mórbida para propi-
ciar el desarrollo canceroso. Podéis notar que el cáncer es más 
frecuente en los hombres inquietos, ansiosos, temperamentales, 
medrosos, neurasténicos e hipocondríacos, estados mentales y 
emotivos que, súper excitados, parecen acelerar el agotamiento 
del tóxico psíquico hacia la carne.

PREGUNTA: – La Medicina ha emprendido intensa lucha 

contra el cáncer con las instituciones de campañas laboriosas 
y cruzadas de alertamiento popular, haciendo exposiciones 
adecuadas con el fin de reducir la incidencia de esa enferme-
dad tan temible. ¿Qué opináis sobre esas providencias?

RAMATÍS: – Es fuera de duda que debido a esas campañas, 

vino al conocimiento de la masa común una enfermedad que 
era poco comprendida en sus características mórbidas y con-
fundida aun con otras molestias mucho más inofensivas. Pero, 
como la propia medicina debe haber constatado que la mayor 
omenor virulencia del cáncer depende muchísimo del estado
psíquico del paciente, es evidente que cualquier cruzada profi-

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