Ramatís
sufrimiento del animal en el charco de albúmina y de urea. la
carne del puerco queda verdaderamente gomosa, por la sustan-
cia astral que se coagula a su alrededor y se fija viscosamente
en las fibras cadavéricas.
los espiritistas y demás estudiosos del alma saben que to-
das las cosas y los seres son portadores de un vehículo etéreo-as-
tral que absorbe las energías ambientales y expele las que son
gastadas en los cambios afines a sus tipos físicos o psíquicos.
Cuando ingerís trozos de carne de puerco, absorbéis tam-
bién su parte astral inferior, que se adhiere a la coagulación de
la sangre. esa energía astral desordenada y pegajosa, es agre-
siva y nauseabunda en los planos etéreos. Cuando los jugos
gástricos descomponen la carne física en el estómago humano,
se libera entonces esa viscosidad astral repelente y perniciosa.
Bajo la ley de atracción y correspondencia vibratoria en los mis-
mos planos, la sustancia gomosa que es exudada por la carne
digerida en el estómago se incorpora al cuerpo etéreo-astral del
hombre, rebajando las vibraciones de su aura, colándose en la
delicada fisiología etérea invisible, a semejanza de pesada cerra-
zón oleaginosa y astringente. El astral albuminoso del puerco,
lo cual también es ingerido con el “delicioso bocado” asado,
se transforma en densa cortina fluídica en el campo áurico del
hombre excesivamente carnívoro. de ese modo, se dificulta el
proceso normal de la asistencia espiritual desde este plano, pues
los espíritus Guías no logran atravesar la barrera viscosa de
bajo magnetismo, con el fin de formular la intuición orientadora
a sus pupilos carnívoros. el aura presenta el aspecto de sucie-
dad causada por las emanaciones del astral inferior ofuscante
que exuda la carne del cerdo.
las personas glotonas y excesivamente aficionadas a la car-
ne de puerco se creen seguras de envidiable vigor sexual, mien-
tras que las vegetarianas exclusivamente, tienen un aspecto un
poco pálido, más letárgico y distanciado de la virilidad propia
del mundo de las pasiones humanas. este hecho comprueba que
el aumento de nutrición carnívora lleva aparejado un aumento
en la sensación de orden primitivo. Pero, en sentido opuesto,
la preferencia por la alimentación vegetariana es un poderoso
auxiliar para que el espíritu se libere del yugo material.
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