Ramatís

PREGUNTA: – Tenemos informes de que ya fueron descu-

biertos gérmenes en lesiones cancerosas del hombre, lo cual 
podría hacer presuponer la existencia del microbio propia-
mente físico que causa el cáncer. ¿Estamos en lo cierto?

RaMaTÍS: – es obvio que dondequiera que haya materia 

en desorganización, ya sea una fruta o un tejido orgánico en 
descomposición, existirán bacterias o microbios que se aprove-
chan de la zona desvitalizada y acéfala para cumplir el sagrado 
deber de procrear. Cuando sobre la tierra hay carniza o carne 
muerta, o alguna materia deteriorada, es evidente que conver-
gen allí los cuervos, atraídos por la nutrición apropiada a sus 
tipos biológicos. en consecuencia, en un foco canceroso pueden 
ser encontradas bacterias, hongos, protozoarios, virus, toxinas 
extrañas y otros gérmenes microscópicos, sin que por ello pue-
da responsabilizárseles directamente por el cáncer.

PREGUNTA :¿Qué podéis decirnos acerca del tratamiento 

moderno del cáncer? ¿Hoy algún equívoco en el esfuerzo he-
roico que lá Medicina emprende para combatir tan insidiosa 
enfermedad?

RaMaTÍS: – no nos cabe censurar los procesos químicos, 

las mutilaciones quirúrgicas, las cauterizaciones o la radiotera-
pia en el tratamiento del cáncer, pués que se trata de recursos 
que tienen mucha afinidad con las necesidades de rectificación 
kármica de los terrícolas. Cuando la humanidad haya expurgado 
de la delicada contextura de su periespíritu las toxinas y las im-
purezas astralinas adheridas en el mismo debido a las anomalías 
y a los desarreglos psíquicos del pasado, la terapéutica del cán-
cer será ejercida de modo más suave y con mayor éxito médico.

el cáncer puede hacerse todavía más virulento e irritado 

cuando lo represan o lo desvían en el curso de su manifesta-
ción natural en el cuerpo carnal, cuando ello no se realice en 
concomitancia con la modificación espiritual del enfermo. Su 
represión a través de los recursos científicos del mundo mate-
rial, concluye por esparcirlo en la forma de nuevos brotes pa-
togénicos, en el futuro; deberán retornar posteriormente bajo la 
vestimenta mórbida de otros flagelos que la Medicina moderna 
tendrá que clasificar bajo nueva rotulación patológica. las vie-

374