Fisiología del Alma
mente y se hacen utilísimas a la colectividad, llevando a cabo el
máximo aprovechamiento de todos los minutos disponibles de
la existencia y revelando gran capacidad de resistencia moral.
la enfermedad los encuentra preparados para el cumplimiento
kármico y, a veces, no esconden la conformidad espiritual de
que están siendo purificadas.
de ahí la justificación de que existen seres santificados por
su heroica manera de vivir y que, aun habiendo sembrado ben-
diciones de auxilio al prójimo, desencarnan bajo dolores atroces
producidos por el cáncer, ¡como si así se desmintiera la bondad
de dios y la convicción de que el Bien compensa! el miasma
canceroso que pesa en la vestimenta del periespíritu al ser ex-
purgado, provoca siempre lesiones proverbiales del cáncer, tan-
to tratándose de un ser rebelde a su prueba kármica, como de
una criatura decidida, útil y buena, que resolvió extinguir su
residual mórbido. lo cierto es que mientras el espíritu rebelde,
durante su eliminación obligatoria continúa produciendo nue-
va carga enfermiza para sufrir futuras expulsiones dolorosas, el
alma conformada efectúa su drenaje tóxico ejercitándose bajo
la bondad, el afecto, la humildad, la renuncia y el amor al próji-
mo, evitando contraer de nuevo el mismo débito que le produjo
tan grande sufrimiento.
la historia religiosa del catolicismo os narra la vida de mu-
chos santos que, a medida que más padecían dolores cruciales,
más se sublimaban en la fe y en la confianza más intensas, en
los propósitos sublimes de la vida creada por dios. el menor
residuo astral tóxico que aun existe en el periespíritu debe ser
expurgado a través de la carne; por ese motivo, algunos seres
sumamente elevados, cuyo espíritu se presenta bastante diáfa-
no, pueden poseer remanentes de toxicidad psíquica, recordan-
do el caso de la bruma seca, que a veces vela la transparencia de
un cielo enteramente azul y bello.
Hay casos, también, en que el alma santificada que ya dis-
pone de buenos créditos en la contabilidad divina, se sacrifica
voluntariamente para aliviar parte de los dolores de sus pupilos
oprotegidos, tal como lo hizo Jesús para salvar a la humani-
dad terrestre. es ese también, el caso del grande y admirable
santo de la india Sri Ramana Maharshi que, rodeado de sus
367