Ramatís

la magia mental, verbal, anti-fraterna, o por la práctica detes-
table de la brujería. la ley del karma, ecuánime y justa, obliga 
al verdugo del pasado a recoger exactamente el producto de la 
siembra nociva del pretérito, comprendiendo todos los dolores, 
desilusiones y angustias morales causados al prójimo.

PREGUNTA: – ¿Podéis explicarnos con mayor claridad esa 

cosecha kármica, en el caso del cáncer?

RaMaTÍS: – nos referimos al hecho de que la patogénesis 

del cáncer, se ejerce unida a las más mínimas causas creadas 
por el espíritu en el pasado. Su aparecimiento corresponde a la 
“suma” de los males físicos o morales cometidos. de ahí, pues, 
la diversidad de tumoraciones del cáncer, los tipos de órganos 
osistemas que él ataca, así como la época o la edad en que se
manifiesta. Basta recordaros que es bien grande la diferencia de
la prueba del hombre rico y joven que, en vísperas de realizar
sus sueños y deseos se ve acometido por el cáncer implacable,
en comparación con el mismo acontecimiento en el hombre po-
bre, desheredado de la suerte y exhausto por los desengaños
del mundo. Sin duda, mientras el primero se sumerge en la más
profunda desesperación y amargura, ¡el segundo se entrega in-
diferente a su suerte, por no esperar nada mejor!

no obstante, bajo la justicia y el rigor de la ley kármica, el 

que sembró mayor cuota de ilusiones y desengaños en el pasa-
do, tendrá que recogerlos posteriormente bajo la ecuanimidad 
de que “a cada uno será dado conforme a sus obras”. He ahí el 
motivo por el cual la expulsión cancerosa puede suceder tanto 
en la edad adulta, como en la juventud o en la vejez. Varía, tam-
bién, en la forma de su manifestación, surgiendo en algunos, 
de repente, sin dar posibilidades a socorro alguno, mientras en 
otros se manifiesta lentamente, en zonas fácilmente operables y 
hasta en forma de tumores benignos que a veces suelen confun-
dirse con otras molestias de menor intensidad.

He ahí por qué el cáncer ataca también a los niños desde la 

cuna o en la adolescencia, haciéndolos peregrinar bien tempra-
no por los consultorios médicos y por los hospitales, sufriendo 
dolores y angustias y, a veces, mutilaciones por las operaciones 
preventivas. otras veces, la enfermedad surge insidiosamente en 

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