Ramatís

Cuando el hombre piensa, emite ondas cerebrales electrodi-
námicas que afectan todo el campo de sus energías ocultas, y 
cuando se emociona, puede alterar la frecuencia vibratoria de 
su propio sistema electrónico de sustentación atómica. es natu-
ral, pues, que un elemental canceroso se venga irritando en su 
intimidad desde hace decenios, siglos o milenios, por la fuerza 
de las vibraciones de los pensamientos desordenados y de las 
emociones violentas del espíritu encarnado, y esa carga nociva, 
alcanzada  la fase de su saturación, debe converger profilac-
ticamente en la carne. la mente funciona ahí indebidamente, 
proyectando dardos mentales que desorganizan las aglomera-
ciones celulares, densificándose el magnetismo hasta obstruir el 
trabajo creador del cosmos orgánico; imponiéndose entonces la 
enfermedad cancerosa, a través de la desarmonía psico-física.

PREGUNTA: – ¿Cómo podríamos entender mejor esa irri-

tación o mal uso del elemento primario, que produce luego 
el cáncer?

RaMaTÍS: – Sabéis que la electricidad es energía dinámi-

ca y el magnetismo es energía estática. la primera interviene 
de modo súbito y por las descargas de golpe, mientras que la 
segunda ejerce su efecto más suavemente, por fuerza de la atrac-
ción o de la imantación. eso sucede también con el elemento 
primitivo que, invirtiendo su acción bienhechora, produce el 
cáncer. Tanto puede actuar de inmediato, alterando la intimidad 
celular de los vegetales o de los animales, en vista del conflicto 
entre las demás fuerzas creadoras, como también ser violentado 
por la mente o irritado por las emociones perniciosas del hom-
bre, producidas por las pasiones indomables.

Cualquier energía potencializada a rigor tanto puede pro-

ducir beneficios como efectos nocivos; y el hombre, por su fuer-
za mental desordenada y sus emociones en desequilibrio, puede 
provocar irritaciones en ese elemental primario, que después 
lo perjudica promoviendo la rebelión de las células. la misma 
radioterapia que bajo la aplicación bienhechora será capaz de 
desintegrar ciertos neoplasmas malignos, se transforma en fuer-
za maléfica cuando es impuesta sobre algunas zonas delicadas 
del sistema nervioso.

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