Fisiología del Alma 

las células simpáticas excitan el organismo a trabajar, las para-
simpáticas tienen por función hacerlo descansar. el nervio sim-
pático es el autor de todas las reacciones dinámicas y laboriosas 
del cuerpo; le cumple acelerar la actividad del corazón, estrechar 
los vasos y dilatar las venas respiratorias, así como aumentar la 
cuota de oxígeno en la sangre, movilizando el azúcar almacena-
do en el hígado y administrando el combustible necesario para 
que los músculos puedan trabajar satisfactoriamente.

Pero al nervio vago o para-simpático, le cabe realizar una 

acción inversa, aunque también en un sentido de labor orgá-
nica, pues tanto estimula las actividades intestinales con el fin 
de que el hombre se nutra mientras reposa, como apresura el 
trabajo de los riñones para que eliminen los residuos sobrantes 
en el metabolismo general. Bajo su acción, la respiración se de-
bilita, se reducen los golpes cardíacos y el flujo de la circulación 
de la sangre, lo que impide que el cuerpo camal se desgaste 
totalmente, y sí que descanse y se renueve satisfactoriamente de 
las necesidades cotidianas del espíritu. He ahí por qué la medi-
cina considera el sistema simpático como el nervio del trabajo, 
mientras el vago es el nervio responsable del descanso corporal.

Sucede, no obstante, que el cuerpo astral (el “cuerpo de los 

deseos”, muy conocido por los ocultistas y fiel traductor de las 
emociones del espíritu para con el organismo carnal), se encuen-
tra apoyado exactamente en ese sistema duplo del nervio vago-
simpático, que ocupa y penetra profundamente la región abdo-
minal, cercado por el sistema de los ganglios nerviosos del plexo 
solar. en consecuencia, toda emoción, deseo o sensación del es-
píritu repercute inmediatamente en esa región tan delicada que 
la Medicina cognominó “segundo cerebro” o cerebro abdominal, 
considerándola como la “sub estación”’ nerviosa más importante 
del cuerpo humano, después de la responsabilidad y de las fun-
ciones del cerebro comandante de todo el organismo de la carne.

Cuando la mente del espíritu encarnado emite impactos 

violentos y agresivos, ya sea debido a su irascibilidad, celos, 
odio o miedo, se perturban las funciones de todos los órganos 
digestivos, pués que la repercusión nerviosa que los alcanza di-
ficulta el trabajo de la vesícula en su drenación biliar, altera la 
producción de los jugos gástricos, de los fermentos pancreáti-

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