Ramatís
propio organismo lo enferman, Para poder comprender mejor
lo que nos exponéis, ¿debemos situar el “descenso” de las toxi-
nas del periespíritu en esa clasificación médica?
RaMaTÍS: – aunque se considere que las enfermedades,
cuando son infecciosas, son provocadas por bacterias o por vi-
rus, y que cuando son degenerativas son causadas por tóxicos o
por otros elementos del propio organismo y hasta por la cronici-
dad microbiana, lo cierto es que las enfermedades son realmen-
te el producto fundamental del “descenso” de los venenos del
periespíritu al cuerpo carnal. a pesar de que esos microorga-
nismos infecciosos causan destrucciones terribles, alcanzando
la piel, el sistema nervioso, los huesos y las glándulas; pertur-
bando las funciones vitales, destruyendo, matando, causando
la gripe, la encefalitis, la sifilis, la tuberculosis, la poliomielitis,
la amebiasis o la nefritis, tal como ya os hemos dicho varias
veces, su éxito depende exclusivamente del “miasma psíquico”
que produzca el terreno electivo para que ellos se nutran y pro-
liferen en la carne indefensa.
eso sucede también con las enfermedades degenerativas,
puesto que ellas no pasan de ser condiciones mórbidas cuyas
raíces se hallan en los disturbios psíquicos y en la consecuente
vertiente de los tóxicos del periespíritu. no importa si provienen
de infecciones crónicas microbianas, de toxinas producidas por
ciertas glándulas o tejidos orgánicos, así como de la desarmonía o
ausencia de determinadas hormonas, originando la diabetes por
falta de insulina en el páncreas, la anemia perniciosa o la insufi-
ciencia de la suprarrenal, mixoedema por la perturbación de la
tiroides o las anomalías hipofisiarias. existen también diversas
afecciones nerviosas y mentales que se originan en esas perturba-
ciones del alma, aunque causen otros disturbios celulares y endo-
crínicos, en los que se destaca el cáncer, conocido en su degenera-
ción celular pero aun ignorado en cuanto a su esencia mórbida.
esa multiplicidad de síntomas y disturbios orgánicos que
pueden ser revelados por los laboratorios, exámenes de radio-
grafía o diagnósticos inteligentes, revelan apenas la última fase
del “descenso” de los venenos psíquicos, cuando los mismos se
diseminan a voluntad por el organismo humano. desgraciada-
mente, cuando la ciencia médica toma conocimiento objetivo y
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