Ramatís

espíritu atribulado, y por ese motivo son resignados y valerosos, 
a pesar de hallarse bajo un destino cruel. los más optimistas 
organizan movimientos sociales, recreativos y hasta deportivos; 
crean periodicos y cultivan sus dones artísticos y culturales, de 
los cuales se vieron privados en el mundo exterior. es que en el 
silencio de sus almas, la voz amiga y confortadora de sus guías 
espirituales los asiste continuamente, inspirándolos para que 
cumplan hasta el final la operación drenadora del contenido 
tóxico del tejido periespiritual, tal como les fue establecido en el 
espacio antes de reencarnar.

PREGUNTA: – Nos gustaría que nos explicaseis con más 

claridad, por qué motivo quedan leprosos tanto los espíritus 
que quieren apresurar voluntariamente la expulsión de los 
tóxicos de su periespíritu, como aquellos que son obligados a 
tal proceso de purificación psíquica. ¿Podéis hacerlo?

RaMaTÍS: – Tal como ya hemos dicho, hay espíritus que 

son heroicos y decididos y que, deseando efectuar con mayor 
rapidez su limpieza periespiritual, prefieren expurgar sus flui-
dos tóxicos de modo intenso y rápido hacia la carne, en vez de 
hacerlo a través de varias existencias más suaves y de menor 
sufrimiento. Para eso, se someten a un tratamiento técnico en 
las instituciones adecuadas del espacio, de lo cual resulta mayor 
reacción y convergencia de las toxinas psíquicas hacia el cuerpo 
carnal. la carga deletérea que entonces es activada para lograr 
un mayor descenso del periespíritu a la materia, provoca después 
el estancamiento fluídico enfermizo, con lo cual se crea el terreno 
electivo para la proliferación fácil de los bacilos de Hansen.

Por el contrario, hay otros espíritus delincuentes, portadores 

de tóxicos tan perniciosos que, aunque los expurguen en la me-
nor cantidad posible hacia el organismo físico, producen en él la 
éxtasis fluídica apropiada a la nutrición del germen de la lepra. 
la dosis mínima de los venenos que esos espíritus perversos vier-
ten obligatoriamente del periespíritu hacia la carne, equivale al 
máximo de veneno que otros drenan por su espontánea voluntad.

los primeros espíritus, podrían drenar su carga tóxica en 

varias encarnaciones futuras, como ya lo hemos dicho, bajo la 
actuación de enfermedades menos ofensivas y sin sufrir las gran-

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