Ramatís

duzca el contagio. Es una suma residual de los tóxicos psíquicos 
que son elaborados por la criatura en sucesivas encarnaciones, 
constituyéndose en la esencia mórbida básica que hace surgir 
las enfermedades semejantes y alimenta los gérmenes afines.

PREGUNTA: – Pero en vista de los cuidados y de la profilaxis 

vacunoterapéutica con que los médicos reducen actualmente el 
peligro del contagio entre enfermedades epidémicas, ¿no que-
da comprobado que tales molestias son más bien propias del 
amplio ambiente físico y no producidas por cualquier miasma 
incubado en la humanidad, que sirva de base al contagio?

RaMaTÍS: – durante cualquier epidemia, hay una “inten-

sificación” del mismo tipo de morbo psíquico o toxicidad colec-
tiva, que permanece latente en los individuos saturados por la 
misma especie de desórdenes mentales y emotivos del pasado. 
los gérmenes, entonces, encuentran fácil acceso en los conjun-
tos o grupos de individuos que más afinan entre sí, provocando 
los brotes epidémicos. Mas es evidente que durante las epide-
mias, no todos los individuos perecen.

la prueba de que no existen enfermedades, sino enfermos, 

está en que a pesar de extenderse epidemias que atacan gran 
porcentaje de las poblaciones, muchos seres son completamente 
inmunes al contagio mórbido, tal como sucede con ciertos médi-
cos, enfermeros, frailes, monjas y auxiliares, que actúan en asilos, 
hospitales, dispensarios o conventos, algunas veces infectados por 
enfermedades contagiosas. la verdad es que no existe en esos 
individuos la esencia mórbida que debería alimentar el terreno 
favorable a la proliferación del germen responsable de la enfer-
medad contagiosa. les falta pues, el miasma de contacto o el ele-
mento mórbido invisible que nutre y ayuda a la progenie del vi-
rus de la enfermedad. ¡innumerables seres abnegados! tales como 
Francisco de asís y otros, vivieron entre leprosos, tuberculosos o 
epilépticos, sin que sus organismos protegidos por su admirable 
armonía espiritual presentasen cualquier daño o molestia!

PREGUNTA: – Puesto que el espíritu expurga gradualmen-

te por el cuerpo físico su veneno psíquico acumulado en vidas 
pasadas, ¿no sería posible que lo descargase todo de una sola 

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